24.11.07

La construcción de la realidad (A veces pasan cosas)

A veces me sorprendo (asusto, más bien) de la poca memoria a corto y medio plazo que tengo. Quizá sea un problema de atención -porque otras cosas las recuerdo con precisión fotográfica-, o quizá no, porque en otras ocasiones se caen los datos de la memoria aunque ponga todo mi empeño en recordarlos.

No creo que sean necesarias las presentaciones con Philip K. Dick. Sus relatos de ciencia ficción me recuerdan normalmente a los de Asimov, por su estilo... llamémosle "clásico" de futuro que dibujaban. Pero, sobre todo, porque ambos (en mi opinión) tratan por encima de todo acerca de la Humanidad: cómo pensamos, cómo actuamos, cómo sentimos, cómo somos lo que somos a partir de lo que percibimos de nuestro entorno.

Mientras Asimov se preocupaba en último término de conjuntos sociales amplios, y sobre cómo aparece el orden a partir del caos de la individualidad, Philip K. Dick trata sobre cómo construimos individualmente nuestra realidad. Todas sus obras se parecen hasta el punto de que, leída una, te ha fastidiado el desenlace de todas las demás. A veces, me fascina que muchos directores hayan conseguido sacar productos estupendos de esos relatos: "Desafío Total", "Blade Runner", "Paycheck"...

Philip K. Dick dio en el clavo cuando sugería que, en última instancia, somos nuestros recuerdos. Son ellos los que nos hacen tomar una determinada posición sobre cómo actuar en la actualidad cuando nos enfrentamos con la misma o parecida situación. ¿Qué hemos hecho otras veces? ¿Hemos sido felices? ¿Nos han hecho daño?

"Desafío Total" viene de la novela "Vacaciones al por mayor", un relato en el que la humanidad es capaz de implantar y borrar recuerdos a voluntad (por otro lado, igual que en "Paycheck" y "Blade Runner"). Si pierdes tus recuerdos, pierdes tu esencia. Mientras tengas recuerdos (¡aunque no sean los tuyos!), tienes al menos una dirección.

Siempre me ha parecido una putada cuando en algunas películas o series de ciencia ficción le eliminan los recuerdos a alguno de los personajes. Para mí, es una de las peores torturas a las que puede someterse a una persona. Cuando pienso en que de mayor podría tener Alzheimer (o en todas las personas que lo tienen), me da un escalofrío. Recuerdo (irónicamente) alguno de esos momentos en los que mi cerebro se ha tomado vacaciones y he olvidado completamente de un recado importante que tenía que dar, o de recoger tal cosa, o de llamar a alguien... O peor, soportar los continuos "¿de verdad no te acuerdas?" y el no tener ni idea de qué me están hablando.

Tener mala memoria, aparte de para hacer películas tan buenas como "Memento", tiene también ciertas ventajas. Es más fácil olvidar cosas que querrías olvidar. Como resultado, eres menos rencoroso, más fácil de sorprender, más flexible con una realidad continuamente cambiante, más propenso a tomar decisiones distintas.

Supongo que el futuro pasará por volcar de alguna forma todos los recuerdos en un disco de gran capacidad (como ya hace Gordon Bell, pero de forma más transparente). Quizá entonces nadie tenga memoria propia, porque no la necesite. Quizá podamos incluso desconectarnos totalmente de nuestra realidad, y pasar a simularnos en una máquina. Quizá entonces podamos construirnos nuestros propios recuerdos, ser quienes queramos ser. Quizá algún día...

1 comentario:

Coni Salgado dijo...

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