29.12.07

Grandes dudas de la Humanidad, o no III (Esta mañana me he levantado...)

Si los que practican medicina se llaman médicos, ¿por qué los que hacen cine no se llaman cínicos?

Algunas mujeres tienen problemas para concebir porque son alérgicas al semen de su marido. ¿Podría ser un hombre también alérgico a su propio semen?

Si Dios crea a Adán y a Eva, les expulsa del paraíso y luego tienen de hijos a Caín y Abel, ¿de dónde sale todo el resto de humanidad? Y si había más gente no documentada en la Biblia, ¿qué culpa tuvieron ellos para que les echaran también del paraíso?

¿Qué pasaría si juntaras a dos sociópatas en una habitación?

24.12.07

Grandes dudas de la Humanidad, o no II (Esta mañana me he levantado...)

¿Flota el hielo del Polo Norte? ¿Se está desplazando?

No podemos beber agua salada, la alta salinidad se carga nuestras células. ¿Cómo beben -u obtienen agua- los peces y seres acuáticos en general?

Hace tiempo leí que la luna mostraba la misma cara a la Tierra porque la fuerza de atracción entre los dos cuerpos había "anclado" sus velocidades de rotación. Pero si giraran "enlazadas" a la vez, habría una parte de la Tierra que nunca la vería, y otra que la tendría siempre en el cielo. Por tanto, si realmente tienen distintos momentos de rotación, ¿cómo muestra siempre la luna su misma cara?

¿Por qué no hay dos lugares de España donde hagan las patatas bravas igual?

¿Cómo aterriza una mosca en el techo?

23.12.07

Grandes dudas de la Humanidad, o no (Esta mañana me he levantado...)

Anoche escuché que algo extraordinario era algo que era muy, muy ordinario. Se parece a mi visión de "exquisito", que responde a algo que anteriormente era quisito, pero ya no.

Dicho lo cual, paso a definir la lista de dudas que me asaltan desde no hace mucho (aunque me pillan sin dinero, así que no pasa nada).

La primera: ¿hasta qué altura puede elevarse por sí misma (sin corrientes de aire ni posándose en ningún lado) una mosca? Como duda secundaria: ¿cómo se podría montar un experimento para comprobarlo? (Tengo un experimento en la cabeza, pero es bastante costoso)

La segunda: ¿Qué ocurre con el gas de una gaseosa que agites, si no la abres? ¿Se queda separada para siempre del líquido o se vuelve a disolver en él con el tiempo? (Esto lo intentaré comprobar en unas semanas con dos botellas de gaseosa)

La tercera: ¿Por qué no vemos las burbujas en las bebidas carbonatadas hasta que las agitamos? ¿Cómo está distribuido el gas dentro del líquido?

Cuarta: Si los casquetes de hielo de los polos se derriten, ¿no debería el nivel del mar descender?

De momento, no hay más preguntas. Pero las habrá, en cuanto las recuerde.

Yogur.

15.12.07

Hare Gray Krishna (A veces pasan cosas)

Sería estupendo ser el primero en postular que el mantra Hare Krishna responde a una codificación binaria Gray de dos bits.

24.11.07

Sociópatas (A veces pasan cosas)

Siempre me he preguntado qué pasaría si encerraras en una habitación (acolchada) a un par de sociópatas. ¿Se caerían bien? ¿Tratarían de encontrar el punto flaco del otro e intentarían minarlos moralmente?

A veces pasan cosas. Por ejemplo, a veces te encuentras a lo largo de la vida con ese tipo de personas que disparan primero y preguntan después. Algunos que necesitan estar constantemente hablando mal de otros (no sé si para sentirse mejores o qué, pero sé que la etiqueta "Destroyers" les viene que ni al pelo). Algunos que no dudan en hacer daño, escudándose en que la gente es mala y, antes o después, otro iba a hacer lo mismo.

En mi concepto de "equilibro del Universo" hay un cierto sentido de "injusticia positiva" necesaria para contrarrestar esas partes de injusticia negativa con la que, ciertamente, a menudo nos encontramos. Me explico: por cada cabrón que te arañe el coche, habrá alguien que te avise si no llevas las luces encendidas. Por cada uno que te robe la cartera, habrá quien no dude en meter la mano en el bolsillo para regalarte lo que lleve sin esperar nada a cambio. Por cada asaltador, alguien que daría su vida por otra persona.

Hay quien dice que son mucho más los que se portan indebidamente, pero pienso que lo que ocurre es que hacen mucho más ruido. Probablemente, si hubiera más cabrones que buena gente, nos habríamos aniquilado hace tiempo (dado que es más fácil destruir que crear).

Por eso, y por otros motivos, una forma de pensar más productiva a la hora de confrontar una situación éticamente complicada sería "quizá haya gente que haría esto, pero yo voy a intentar ser como tendría que ser ese otro alguien que no lo haría, y al que querría parecerme". Aunque sólo sea para poder decir, cuando alguien se queje de que todos son unos cabrones, que al menos hay uno que no. Que al menos hay una esperanza, alguien por quien merece la pena tener confianza.

De pequeño, leí un par de relatos en esa dirección que me marcaron bastante. Uno, que formaba parte de unos cuantos cómics ("Esther y su mundo" y "Caty, la chica gato", y algunos "Mortadelo y Filemón"), que me regalaron para leer en uno de mis frecuentes periodos de guardar cama, trataba de una niña a la que su abuela maltrataba constantemente, pero ella siempre devolvía bien por mal, hasta que conseguía que la abuela cambiara de forma de ser. Pensándolo con detenimiento, buscar venganza sólo suele aportar más dolor a la situación, así que me pareció una enseñanza muy acertada. Injusta, pero acertada.

El otro era del libro "Uti Tanka, Pequeño bisonte", y narraba una curiosa costumbre de unos indios consistente en que, si adulabas alguna de sus posesiones, te la tenían que regalar. El prota (un niño raptado de una diligencia y tomado por un dios por ser pelirrojo), sin ser conocedor de ello, le dice al jefe indio lo bonito que es su caballo, por hacerle un cumplido. Éste baja apesadumbrado y le ofrece las riendas. Otro indio le cuenta que ese caballo fue un regalo de un antiguo amor, y le habrá dolido en el alma deshacerse de él. Nuestro protagonista provoca al jefe hasta forzarle a devolverle el cumplido de su caballo, y así retornárselo a su dueño original.

De aquí me gustó esa visión tan desprendida de la que recientemente oí hablar a De La Cuadra Salcedo, acerca de ser más felices por la vía de necesitar menos cosas, de conseguir vivir con lo básico. Cada vez que me cruzo con alguien pidiendo dinero, pienso en qué problema voy a tener por darle unos trozos de níquel (o lo que sea) o papel raro que podrá cambiar por cosas mucho más valuosas para la vida. Deberíamos volver a empezar, sólo con lo básico, para darnos cuenta de cuánto estamos desperdiciando (en términos de infelicidad por no conseguir caprichos). Seríamos mucho más ecológicos reduciendo nuestros consumos, reutilizando y reciclando. Las tres "R" del Capitán Planeta, vaya. Otro ser "injusto" de cuya existencia necesitaba la gente para devolver la justicia al planeta, y compensar la de tanto cabrón suelto en su mundo de cómic.

En el nuestro, seguimos necesitando más gente injusta, pero de la buena, no de los sociópatas.

La construcción de la realidad (A veces pasan cosas)

A veces me sorprendo (asusto, más bien) de la poca memoria a corto y medio plazo que tengo. Quizá sea un problema de atención -porque otras cosas las recuerdo con precisión fotográfica-, o quizá no, porque en otras ocasiones se caen los datos de la memoria aunque ponga todo mi empeño en recordarlos.

No creo que sean necesarias las presentaciones con Philip K. Dick. Sus relatos de ciencia ficción me recuerdan normalmente a los de Asimov, por su estilo... llamémosle "clásico" de futuro que dibujaban. Pero, sobre todo, porque ambos (en mi opinión) tratan por encima de todo acerca de la Humanidad: cómo pensamos, cómo actuamos, cómo sentimos, cómo somos lo que somos a partir de lo que percibimos de nuestro entorno.

Mientras Asimov se preocupaba en último término de conjuntos sociales amplios, y sobre cómo aparece el orden a partir del caos de la individualidad, Philip K. Dick trata sobre cómo construimos individualmente nuestra realidad. Todas sus obras se parecen hasta el punto de que, leída una, te ha fastidiado el desenlace de todas las demás. A veces, me fascina que muchos directores hayan conseguido sacar productos estupendos de esos relatos: "Desafío Total", "Blade Runner", "Paycheck"...

Philip K. Dick dio en el clavo cuando sugería que, en última instancia, somos nuestros recuerdos. Son ellos los que nos hacen tomar una determinada posición sobre cómo actuar en la actualidad cuando nos enfrentamos con la misma o parecida situación. ¿Qué hemos hecho otras veces? ¿Hemos sido felices? ¿Nos han hecho daño?

"Desafío Total" viene de la novela "Vacaciones al por mayor", un relato en el que la humanidad es capaz de implantar y borrar recuerdos a voluntad (por otro lado, igual que en "Paycheck" y "Blade Runner"). Si pierdes tus recuerdos, pierdes tu esencia. Mientras tengas recuerdos (¡aunque no sean los tuyos!), tienes al menos una dirección.

Siempre me ha parecido una putada cuando en algunas películas o series de ciencia ficción le eliminan los recuerdos a alguno de los personajes. Para mí, es una de las peores torturas a las que puede someterse a una persona. Cuando pienso en que de mayor podría tener Alzheimer (o en todas las personas que lo tienen), me da un escalofrío. Recuerdo (irónicamente) alguno de esos momentos en los que mi cerebro se ha tomado vacaciones y he olvidado completamente de un recado importante que tenía que dar, o de recoger tal cosa, o de llamar a alguien... O peor, soportar los continuos "¿de verdad no te acuerdas?" y el no tener ni idea de qué me están hablando.

Tener mala memoria, aparte de para hacer películas tan buenas como "Memento", tiene también ciertas ventajas. Es más fácil olvidar cosas que querrías olvidar. Como resultado, eres menos rencoroso, más fácil de sorprender, más flexible con una realidad continuamente cambiante, más propenso a tomar decisiones distintas.

Supongo que el futuro pasará por volcar de alguna forma todos los recuerdos en un disco de gran capacidad (como ya hace Gordon Bell, pero de forma más transparente). Quizá entonces nadie tenga memoria propia, porque no la necesite. Quizá podamos incluso desconectarnos totalmente de nuestra realidad, y pasar a simularnos en una máquina. Quizá entonces podamos construirnos nuestros propios recuerdos, ser quienes queramos ser. Quizá algún día...

25.10.07

Matamoros (Esta mañana me he levantado...)

En esa emisora de radio, contactaban con el testimonio de un tal Matamoros. Me he quedado pensando en lo poco políticamente correcto que es hoy en día ese apellido, máxime con la situación de la inmigración en el país.

Me imaginaba, no sé, que va un señor apellidado Matamoros en un avión, y de repente algún integrante de AlQaeda secuestra el aparato. Lo toma de rehén y le pregunta "¡Cómo te llamas!". ¿Qué hace el tío? "Pérez, me llamo Pérez". Porque como le digas la verdad, si ya tenías pocas probabilidades, luego menos aún.

Pero bueno, esa situación es algo complicada, afortunadamente. Más probable sería que el señor Matamoros terminara enamorándose de una musulmana. ¿Qué hacemos con el hijo? En la escuela "Hola, soy Ibrahim Matamoros, ¿tú cómo te llamas?". No, definitivamente no queda bien.

Pues eso, que vale que un antecesor de ese hombre se ganara su reputación masacrando a otra gente en un tiempo donde lo mismo no había más remedio, pero hoy en día... lo mismo habría que rehabilitar ese apellido de algún modo.

En fin, si queréis tener vómitos de color de rosa, bebed licores que lleven granadina. Por aportar algo útil a la entrada, vamos.

15.10.07

Ámsterdam reloaded (Esta mañana me he levantado...)

Segunda visita a Ámsterdam, esta vez para asistir a la Blender Conference 2007. Difícil resumir (ni siquiera explayándome) lo que han supuesto estos tres días de charlas en mi vida, ni cómo ha variado mi visión de la ciudad después de esta revisión en el tiempo y el espacio.

Como no sé muy bien por dónde empezar, empezaré por el principio. De cara a otros viajes, voy a intentar hacer una lista de lo que he llevado para los cinco días que ha durado, qué he usado, qué no he usado y qué he echado en falta.

Pero voy a hacerlo un poco al revés, deshaciendo las maletas y viendo qué hay en ellas. Antes de empezar, me autorrecuerdo que esa pequeña maleta azul con la brújula en el asa está diseñada para pitufos o algo. Siento un dolor bastante molesto en el codo, por caminar inclinado hacia la derecha y con el brazo torsionado hacia afuera para poder ir con esa maleta del demonio. El asa es demasiado baja. Para otra vez, prueba con una mochila de acampada, ¿vale? Ok.

  • Maleta (o malhecha, para ser más explícitos) y bandolera.
  • En la bandolera hay:
    • Un programa de eventos de la BC no firmado (alguien me lo dejó para que se lo guardara, ¡ups!)
    • Impresión del correo de registro del vuelo con transavia (que costó 190€)
    • colgante identificativo con el logo de Blender y mi telenovelesco nombre.
    • El Jueves
    • El Jueves "Juegos desunidos" (venía con este número y es un tochazo que no sabía dónde meter)
    • Un mapa de Ámsterdam con sitios interesantes a los que ir (regalo del guardia de seguridad del Stayokey erróneo, como posteriormente veremos)
    • Un programa de eventos de la BC firmado (¡hurra! Véase más adelante también)
    • Sobre que me dieron que contenía el programa
    • Un programa extra que cogí
    • Etiquetas con el código de las maletas que me dieron en el aeropuerto
    • Un par de barritas Mars semiderretidas, por si acaso (sin usar)
    • Dos bolsitas de caramelos para la garganta, por si acaso (sin usar)
    • Cámara de fotos con dos pilas recargables
    • Dos pilas recargables extra, por si acaso (sin usar)
    • Dos fantásticos bolígrafos autodestructibles de la UJI, duraron un día enteros
    • Libretita de notas de Mickey Mouse
    • Hoja con informaciones varias: calles de los albergues (esto será relevante), cómo llegar del albergue al sitio de conferencias, captura de pantalla de google maps, horario de eventos
    • Hoja con el justificante de pago de la entrada a la BC
    • Libro "¿Hay algo que coma avispas?" para el viaje, muy interesante
    • Cargador del móvil
  • En la maleta:
    • Paraguas (sin usar)
    • Bolsa de plástico con jabón y champú
    • Bolsa de plástico con chanclas (hubiera necesitado unas más playeras que no retuvieran tanto la humedad)
    • Un par de bolsas de plástico extra (sin usar)
    • Libro "Introducing Character Animation with Blender", comprado allí por 30€ (Nota mental: comprar el Blender Basics)
    • Secador de pelo
    • Bolsa de ropa sucia con
      • Una camiseta de manga corta
      • Una camiseta de manga larga, delgada
      • Tres pares de calcetines
      • Cuatro calzoncillos
    • Una toalla grande
    • Pijama
    • Neceser con cepillo y pasta de dientes
    • Desodorante
    • Una tableta de aspirinas y otra de frenadol (afortunadamente, sin usar)
    • Dos pares de calcetines (sin usar)
    • Tres paquetes de pañuelos (sin usar)
    • Un jersey grueso de manga larga y cuello alto (sin usar)
    • Una camiseta de deporte de manga larga con capucha semigruesa (sin usar)
    • Un jersey grueso pero poroso de manga larga y cuello bajo (sin usar)
    • Mininavaja-destornillador (sin usar)
    • Tijeras plegables (sin usar)
    • Cortauñas (sin usar)
    • Dos pantalones de pana largos (sin usar)
  • Lo que traía puesto:
    • Chaquetón impermeable con capucha
      • Guantes y bufanda (sin usar)
      • Un caramelo para la garganta (sin usar)
    • Rebeca fina con cremallera
    • Calcetines (demasiado ásperos)
    • Zapatillas
    • Camiseta de manga corta
    • Calzoncillos
    • Pantalón largo de pana con:
      • Cartera (tarjetas de crédito, identificación o SIP, dinero, útiles para abrir cerraduras..., tarjetas de contacto de la gente...)
      • Cadena con llaves
      • Un paquete de pañuelos
      • Un caramelo
      • Teléfono móvil con auriculares para escuchar la radio por el camino
      • Un sobrecito de limpiacristales (sin usar)
      • Un clip (sin usar)
      • Media esfera pequeña de plástico transparente (¿¿¿???) (sin usar)
Salí de casa con unos 150€ en metálico y un paquete de pañuelos extra en el bolsillo. He vuelto con 10€, y aún no le he devuelto los 100€ al que reservó la habitación por mí. El total aproximado del viaje fue de 450€, pero podría haber sido bastante más barato si hubiéramos tenido algo más de previsión. He echado de menos unas chanclas más playeras (que retuvieran menos la humedad) y polvos de talco para mantener secos los pies.

Ahora vamos a por el viaje. Salgo de España el jueves 11 junto con David Millán "Damiles", un amigo blenderita de Valencia (que además ha programado alguna cosilla para el propio Blender). El tiempo en Valencia y alrededores estaba algo p'allá, el avión se iba a retrasar casi una hora, y luego estuvo dando algunos tumbos de camino a Ámsterdam al pasar por entre las nubes.

El dúo dinámico ataca de nuevo

Aparte de eso (y de que me pitó el detector de metales, pero el chequeo no fue en absoluto intensivo) no hubo ningún contratiempo hasta llegar al lugar. Una vez allí, los dos nos volvimos a asombrar de la cantidad de guiris que hay en el extranjero. Ayudamos a un par de españoles a encontrar la estación de tren hacia Ámsterdam (hay una máquina de tickets con monedas en el centro de la estación, y luego es camino "Den Haag"; llegas a Ámsterdam Estación Central tras tres o cuatro paradas).

En la estación de trenes vinieron a recogernos 8Tintín, Jandro, Koex, Luis y ese incombustible par de argentinos que responden al nombre (o nick) de malefico y Gustavo. Babeamos de camino al hostal de la cadena "Stayokey" en el que nos albergábamos (hay dos en la ciudad, y son lo más asequible para este tipo de estancias), ya que en Ámsterdam da la sensación de que la más fea trabaja de modelo o en series de televisión. Sinceramente, no sé qué les ponen en el desayuno. Supongo que un sándwich de pan raro con lechuga, queso y alguna salsa rara, que fue lo que todos los días teníamos en la Blender Conference para almorzar-comer (en una sola comida). Entre eso y que basan sus desplazamientos en bicicleta, son todas de la talla XXL. O igual hay menos gravedad, o algo. En fin, todas unos quesitos.

Así que dejamos las cosas en el hostal, y vamos a buscar algún sitio de cenar. Al final, nos decidimos por un kebab. Al ser el primer día, estamos todos bastante cansados, así que después de unas cuantas bebidas en el Café Cuba y otro lugar cercano cuyo nombre no recuerdo, nos retiramos pronto al hostal, donde nos encontramos con que en las habitaciones no hay una miserable mesilla de noche donde dejar gafas, móviles o similares. A un servidor le toca la litera de arriba, con lo que el momento de miedo y asco en Ámsterdam llega cuando me doy cuenta, ya en pijama una vez allí, de que tengo las gafas puestas, el pantalón (con la tarjeta para poder entrar en los sitios del albergue, la llave del candado de mi taquilla y el móvil) hecho una bola a mi lado, y hay gente durmiendo -y roncando...- por todas partes, de forma que haría bastante ruido si tuviera que volver a salir.

Al final, acabo optando por una solución McGuyver de dejar el pantalón hecho una bola junto a la almohada, las gafas enganchadas por las patillas a una barra de hierro del cabezal de la cama, y a dormir como buenamente se pueda.

El segundo día llega demasiado pronto, porque aquella habitación parecía Parque Jurásico, con sus velocirraptores, el triceratops y hasta un T-Rex que tenía justo debajo. Nos ponemos en marcha a las 8:30 de la mañana para asearnos (comprobando que el problema de infraestructuras se extiende al baño, bastante sucillo por otro lado) y desayunar (en mi caso, un sándwich con mogollón de nocilla y un bol gigante con algo que allí llaman "zumo de naranja natural" con mogollón de azúcar, para tratar de camuflarle la amargura).

De camino al lugar de las conferencias, mientras sorteamos la jungla de bicicletas suicidas, una vergencia en la Fuerza nos hace encontrarnos con Pepeland, que se albergaba en un hotel distinto al nuestro, por no haber encontrado un sitio viable en ningún otro lado. Su hotel estaba exactamente a tomar por saco a mano derecha del lugar, así que llevaba como una hora caminando cuando lo encontramos.

En el lugar de las conferencias recogemos un sobre con nuestra identificación y el calendario de eventos, y nos cruzamos con otros monstruos de primera línea de Blender. Es emocionante y fantástico tener a esa gente a tiro para comentarle cosas... si te aclaras...

En total habría unas 50 personas, entre las que se podían contar dos mujeres sin tener en cuenta a las de la organización o recepción. De esas dos mujeres, una parecía una mujer a simple vista, y curiosamente estaba sola y callada en un rincón. En cuanto al resto, había toda una mezcla de nacionalidades: por supuesto Holanda, Bélgica, México, Suiza, Sudáfrica, Australia, Italia, Alemania, Polonia, Estados Unidos, Reino Unido, Grecia, Finlandia, Francia (creo...) y cómo no, nuestro bastión hispanohablante de Argentina, Venezuela y España. Y seguro que me dejo alguna.

Ton Roosendaal (el Sumo Hacedor de Blender) inauguró las charlas con un breve resumen de la historia de Blender hasta el momento, y haciendo un repaso general a los actos de la BC previstos. Aparte de sus dos metros y pico y su ligero parecido con House en algunas expresiones faciales, su rasgo característico distintivo es, sin duda, su extrañísima forma de hablar, con problemas para pronunciar la "s" o la "g" mezclado con un duro acento holandés (quienes, si no se limpian la garganta de gargajos mientras hablan, NO están hablando holandés). Un tipo majísimo y muy accesible, por todo lo demás, con un sentido del humor tremendo y siempre dispuesto a la broma.

De este primer día se puede remarcar nuestra asistencia a la charla de malefico sobre Plumíferos, el primer largo de animación realizado en Argentina y únicamente usando herramientas de Software Libre. La mayoría de los españoles ya habíamos tenido el placer de escucharla en versión extendida y en castellano durante la pasada iParty, pero uno nunca se cansa de ver las maravillas que consiguen hacer esta gente.

Malefico en el club de la comedia, haciendo un monólogo

También la clase de rigging, impartida a medias por malefico y Nathan Vegdahl (un tipo muy risueño con el que pronto hice muy buenas migas) fue interesante y aleccionadora.

La muestra de un par de proyectos de Enrico Valenza (por él mismo) nos dejó la boca abierta a muchos, y la presentación del próximo proyecto de corto con Blender, el Peach Project, dejó completamente claro que una herramienta no es nada sin un artista detrás, y que gracias a estos artistas, Blender evoluciona a un ritmo vertiginoso.

Hablando de artistazos, el punto más divertido del día vendría a continuación, cuando nuestro producto nacional Pepeland salió a mostrar algunos de sus trabajos. Ni qué decir que, aparte de en España, también fuera de nuestras fronteras su trabajo es una referencia para un buen montón de gente, y el que el inefable Daniel Martínez Lara haya fijado su vista en Blender (habiendo trabajado en programas de primera clase como 3DStudio Max o Maya), es sin duda uno de los mejores regalos que podrían hacérsele al desarrollo del programa.

Pepeland sudó la camiseta tras un montón de dificultades técnicas (primero su portátil no mostraba la imagen con la resolución correcta, y luego no podía controlar correctamente el visor con el portátil que le dejaron -Ton tampoco podía, fue una escena divertida-), y otro montón de dificultades lingüísticas (que asumo fueron compleeeetamente previstas y simuladas para causar luego el mayor impacto posible ;)), pero su trabajo dejó muchas mandíbulas por los suelos.

Fue fantástico escuchar después, durante los descansos, a la gente comentando sus increíbles formas de aplicar en Blender sus grandes conocimientos teóricos y de otros programas.

Daniel enseñándole a Ton cómo funciona el Blender ése

Bueno, a todo esto, se me ha olvidado comentar que la pobre chica que parecía una chica seguía sola la mayor parte del tiempo, así que pocas horas después de comenzar la BC, dos de los mejores hombres del ejército blendibérico que formaban un comando (Luis y un servidor de ustedes) iniciamos un ataque clásico envolvente. La chica se llamaba Katzaryne Karwobska (Kasia para los amigos), era polaca, matemática, conocía Blender desde hacía un año o así, y tenía interés en usarlo de alguna forma para su proyecto de final de carrera, basado en la formación de topologías complejas definidas mediante ecuaciones con Python. ¡Toma ya! Al final pasé la mayor parte del tiempo sentado a su lado, ya que siempre que llegábamos estaba sentada sola en alguna parte. Más tarde me extenderé al respecto.

¡Oh, dios mío, es una chica real! ¡Aquí!

Para cerrar el día de conferencias, nos hicieron una presentación de trabajos de animación, que participaban en un concurso de la propia BC, y a los que habríamos de votar al siguiente día. Algunas historias eran... bueno, algunas ni siquiera tenían historia, y en general el sonido estaba muy descuidado, pero había trabajos divertidos y de considerable calidad.

Tras el cierre de puertas, Ton propuso ir a cenar al mogollón, así que buscamos un chino que más o menos nos pudiera albergar a todos. Obviamente, no fue del todo posible, y nuestro grupo se disgregó durante la cena.

Me encantó poder asistir por el camino al vuelo nocturno de una pareja de cisnes. Qué maravilla, qué elegancia, qué bonito todo.

El chino no estaba nada mal (aunque toda la comida esta ligeramente más cara que en España, como 1'3 veces más), y luego de vuelta al Café Cuba, lugar agradable y de temática obvia, que parece ser el preferido de muchos de los asistentes.

Me quedé fuera, tomando la fresca (tienen unas frescas de gran calidad allí XD) para evitar que el tufo del tabaco (o lo que sea) de la gente me volviera a dejar la ropa hecha un guiñapo. Al cabo de unos diez minutos comencé a aburrirme de ver tías buenas pasando (más tarde, Koex me desarrollaría la interesante teoría acerca de que esa extrema facilidad para encontrar mujeres bonitas dispuestas es contraproducente para la líbido). También me había aburrido de ver borrachos meando en los meaderos públicos de la plaza (que consisten en algo así como la parte superior de un exprimidor de naranjas gigante pero de sólo cuatro "estancias") y borrachos meando a diez metros de los meaderos públicos, contra los edificios. Me acerqué a un par de dos jovenzuelas que estaban hablando en la mesa contigua. Les pregunté si podía sentarme allí, les expliqué el tema de que estaba esperando al grupo y que me aburría, y también que me vendría bien practicar un poco el inglés hablado, ya que (como habíamos podido observar a lo largo del día) el nivel del mismo de los españoles que fuimos era "the worst".

Ellas fliparon un poco por la situación tan surrealista, pero no pusieron ninguna objeción, y hablamos durante una media hora sobre todo un poco. Me dijeron sus nombres (Ilonka y Henneke -pronunciado algo parecido al Hannuka judío pero con aes abiertas-) y me enseñaron algo de holandés (Ik ben Emilio. Ik ben sesentwintig, en ik woon in Valencia; Soy Emilio, tengo 26 y soy de Valencia).

Fue muy divertido. Me preguntaron si iba a pasarme por allí al día siguiente, les dije que probablemente sí pero que no lo sabía, y Henneke me envió un sms con el texto escrito de lo anterior para que no lo olvidara. Lamentablemente, me había dejado el móvil cargando en el hostal, y me temo que no les di el número correctamente (bonk!).

Del segundo día de conferencias (nuestro tercer día en Ámsterdam) podría destacar el frikismo de la charla sobre el modelado neuronal de la vista de una mosca por parte del hermano pequeño de Leonardo Di Caprio. Me recordó que, tiempo atrás, DJ Fight y yo intentamos hacer alguna simulación de visión compuesta con Blender, con resultados más o menos pésimos :D

El todoterreno Andy nos habló del DVD sobre la creación completa de una escena que está llevando a cabo, y fue tan impactante que me vi moralmente obligado a proponerle encargarme de su traducción al castellano (bastante mejor que mi inglés, tuve que añadirle como pude...). Ese tipo distorsiona el continuum espaciotemporal a su alrededor, qué monstruo.

Me perdí muy a mi pesar la charla sobre programación de animación de bandadas con Python, a cargo de un señor mayor australiano que, por lo poco que lo pude conocer, destilaba entusiasmo y maestría por sus poros. Qué lástima...

Más o menos a esas alturas me dio por usar el librito del calendario de eventos para empezar a recoger firmas de la gente. No las conseguí todas, pero al final del evento posiblemente tuviera las del 80% de la gente.

En el rato entre charlas, y aparte de otras muchas extrañas cosas, Kasia me contó que le desconcertaba bastante que me pasara la mayor parte del tiempo sonriendo. Al parecer (si no la entendí mal), allí la gente suele estar seria de normal, y si sonríen mucho es algo así como para tratar de esconder que realmente las cosas les van mal. ¡Están locos estos polonios 210!

Hacia el final de la tarde hubo una sesión de propuestas para implementar en Blender, y de nuevo Pepeland volvió a hacer una demostración de prestigio y de inglés de peli de Paco Martínez Soria, con frases como "The good thing is que you can [...]". Hilarante a la vez que altamente constructivo :D

Esa noche nos prepararon un buffet para los asistentes en el propio lugar de conferencias. Había un poco de todo, y la verdad es que cené estupendamente. Me resultó curioso constatar lo que Jandro había contado el día antes: se puede saber de qué nacionalidad es alguien sólo con observar su tono de voz. Españoles e italianos somos de lo más escandalosos, seguidos por los de Estados Unidos de Norteamérica. Luego ya vienen los de Reino Unido, Alemania y Holanda. Para escuchar a Kasia, prácticamente tenía que acercar mi oído a cuatro dedos de su boca (que tampoco es que me importara demasiado).

Cómo no, de algún modo acabé cenando en una mesa aparte con Kasia, que me confesaba que estaba bastante decepcionada con la forma en la que se desarrollaban allí las "relaciones sociales". Preguntándole sobre aquel aspecto, me contó que en las fiestas de Polonia, la gente suele estar cambiando constantemente de "grupo de conversación", dándole un toque más dinámico y fluido a las charlas. Le propuse tres teorías por las cuales me parecía plausible que aquí la gente no se acercara a ella (excepto Luis y Damiles y algún otro, esporádicamente):
  • Que eran unos frikis autistas que preferían blenderear en el ordenador antes que hablar con otra gente
  • Que eran unos frikis autistas a los que les daba miedo hablar a una chica real
  • Que igual como yo pasaba tanto tiempo con ella pensaran que hubiera algo ahí y no quisieran molestar
En cualquier caso, le insistí varias veces en que si quería que la gente hablara con ella, la opción más rápida era que ella hablara con otros. En un momento determinado debió asumir que si no ponía de su parte iba a ser una empresa difícil, y me propuso que fuéramos a sentarnos a la mesa contigua, donde acababan de dejar unos asientos libres junto a Nathan y otra gente. Así que allá que fuimos.

Las charlas con Nathan fueron impagables; no sé muy bien por qué, terminamos hablando sobre la circuncisión en Estados Unidos, fue muy divertido (estábamos todo el rato sonriendo, y Kasia le preguntó a él si su sonrisa era de verdad o estaba simulándola, cosa que a mí me hizo muchísima más gracia todavía).

Bueno, el caso es que al rato salió el tema de que muy poca gente había hablado con Kasia, a lo que Nathan sugirió que quizá fueran autistas que preferían pasar el tiempo con el ordenador, o les daba miedo hablar con chicas reales. Adoro a ese tipo :D

Por la tarde le había preguntado que a qué dedicaba las noches en Ámsterdam. Me dijo que, dado que su hostal estaba muy lejos, se iba pronto hacia allí y se quedaba hablando con sus compañeras de habitación, ya que tenía miedo de ir sola por los sitios. De hecho, no pensaba quedarse a cenar, pero le dije que no se preocupara por eso, que hay bastante vidilla por el centro de Ámsterdam y que, a pesar de los molestos borrachos y de los vendedores de droga (que básicamente se quedan parados como estatuas de ébano recitando el mantra "cocaine, speed, amphetamine...") la ciudad no era tan insegura. De todas formas, me ofrecí a acompañarla hasta el hostal cuando termináramos, propuesta que aceptó.

Llegó pues el momento de largarse hacia allí. Paseamos hasta la entrada de Ámsterdam junto con Hox y Mijail, dos simpáticos blenderitas de los que aprendí que hacer el símbolo de Blender (como un "Ok" con la mano) es ofensivo para los italianos, ya que viene a significar para ellos "Me gustaría follarme a tu madre, y con cuantos más amigos, mejor". En realidad no llegué a comprobarlo con los colegas italianos; Hox parecía saber un montón de muchas cosas, y me fío de él.

Al llegar a la entrada de Ámsterdam, Kasia y yo fuimos caminando durante poco más de una hora, alejándonos poco a poco del centro de la ciudad hasta llegar a un lugar más bien oscuro y con gente poco recomendable. Tuve que reconocer que aquello no parecía lugar para andar a solas -aunque quizá más por prejuicios que por lo que hubiera realmente-, así que después de llegar y aprender cómo se dice "dulces sueños" en polaco (Słodkich snów! Ojo con la pronunciación, porque ese /suotkij/ parece significar algo realmente bochornoso si no se dice bien, aunque aún no sé qué) decidí tasar mi integridad física en lo que costara un taxi que me llevara hasta el hotel. No tenía un mapa ni nada, así que estaba completamente perdido a menos que deshiciera la hora y pico de camino (y eran la 1:20 a.m.) y luego rehiciera la media hora hasta nuestro Stayokey.

Los astros se alinearon y un taxi dejó a unas cuantas personas justo delante de mí. Entré en el taxi, saqué el papel que llevaba con la información sobre los hoteles, y le di la dirección del Stayokey en el que creía que nos hospedábamos. Según la hoja, estaba a una distancia abordable caminando del lugar de las conferencias, así que supuse que era el de Timorplein.

4 kilómetros, 20 minutos y 20€ después, el taxi me dejaba en un lugar completamente desconocido para mí. Obviamente, me había equivocado de hostal. Entré, sin embargo, y le conté la historia al guardia de seguridad del lugar (que para colmo no era de allí y no sabía dónde paraba el otro hostal). Después de apañárnoslas con algunos planos y alguna llamada telefónica, decidimos que el otro hostal quedaba a unos 40 minutos caminando y que la opción más sensata sería llamar a otro taxi. 2 kilómetros, 5 minutos y 12€ después, un servidor de ustedes llegaba a su hostal sano, salvo, soñoliento, divertido por la experiencia y con un estupendo tour nocturno por el suroeste de Ámsterdam.

Pude aprovechar para preguntarle al primer taxista si eran frecuentes los accidentes con bicicleta. Me comentó que no mucho, pero que en caso de accidente, la policía le ponía la multa indefectiblemente al conductor del coche. También me comentó que el límite de velocidad dentro de ciudad es de 50 km/h (se lo pregunté porque iba como un cohete). Con el segundo taxista tuve un divertidísimo momento de "intentar pronunciar la calle a la que quería llegar: Kloveniersburgwal". Aquello era impronunciable para mí; el taxista lo intentó sílaba a sílaba. Él: "Klo". Yo: "Klo". Él: "fien". Yo: "fien". Él: "sgruabuasfbuscgjjjajbgb". Yo: "I'm sorry, but this is pretty unpronounceable to me!". Recordad: si no te limpias los gargajos cuando la dices, no es realmente una palabra holandesa.

En fin, adjunto al final un mapa con la situación general. Al final, estaba bastante más cerca del sitio de lo que creía, vaya vuelta más tonta que me di :)

En el último día (de conferencias) fuimos a tomar un té al Nieuwmarkt (que a mí me hacía venir a la cabeza la musiquita de Disney), de camino hacia el lugar de las conferencias (de hecho, antaño las conferencias se habían hecho en ese restaurante o lo que fuera, pero se les quedó pequeño).

La primera charla del día versó sobre el proyecto Peach, del que esperan que sea un corto estúpido con divertidos y peludos animales. "Fun and flurry" es el lema, y el título "Rabbit's revenge". No sé cómo nos las apañamos esa misma noche para pensar en la versión X del asunto (también fun and flurry y con rabbits).

Con tanto monstruo junto, podría ser una película de terror

Después se sucedieron unas cuantas e interesantes conferencias (sobre las que no me voy a extender, haber venido :P) y el forum master de Blendernation comentó un poco acerca de cómo funciona su comunidad. Aquella noche hablé con él sobre el reflejo de lo que nosotros vivimos en el foro de 3DPoder, con su gente fantástica, sus temas flamígeros y surrealistas, etc. Él fue quien me preguntó por qué los españoles hablábamos tan mal inglés, por cierto. Y quien me dijo cómo se llamaban esos extraños palitos con una base plana cilíndrica aplastada y con agujeros (como una moneda agujereada pinchada en un palo) que servían para remover mojitos y similares. Era una de esas palabras holandesas que dan tos al pronunciar, así que la olvidé al milisegundo, pero la traducción literal era "palito para remover", si no recuerdo mal.

Al salir de la BC, los blendibéricos nos marcamos una foto con Ton. Yo aproveché para hacerme una con Nathan, y para proponerle a Ton unos cuantos asuntos para mejorar la velocidad de interfaz de uso con Blender. También le propuse, para el siguiente año, el hacer una foto final de grupo y añadir un libro de visitas o algo, que siempre queda bonito.

¡Pero qué majo el Nathan!

Luego nos despedimos de mucha de la gente que ya se iba (Kasia entre ellos), y fuimos a cenar con los italianos a un ídem, donde no sé por qué surgían espontáneamente ritmos percusivos cada vez más sofisticados que nos amenaz... amenizaron la noche. Por el camino, nos cruzamos con un señor de blanco impoluto yendo en bicicleta. Le comenté a Koex que parecía el arquitecto de Matrix y él, ni corto ni perezoso, se asomó a la calle por la que acababa de desaparecer y gritó "Hey, what is the Matrix?!". Espanioles...

Koex nació preparado

Hablando de Koex, confundimos un par de veces su nick por el de otro blendiberita que no pudo venir, el zárágózánó Klópes. Hubo un divertido momento de "¿dónde está Klópes?" que derivó en la escena de Klópes esperando solo con las maletas en un aeropuerto, con la famosa expresión del Miculo Culquin en "solo en casa".

Tras ver la carta del italiano, malefico dejó bien claro que quedaban prohibidos todos los tipos de chiste con la parte del "penne". Algo difícil, ya que con cosas como "penne alla putanesca" o "pennn della casa" no se dejaba mucho a la imaginación. Afortunadamente, no había nada contra lo que había pedido Luis, "lasaña del cocinero", así que Pepeland y yo nos permitimos el semiescenificar el momento en el que el cocinero pregunta quién había pedido ese plato, sacaba un cuchillo y comenzaba a clavárselo repetidamente (con saña, vamos).

Ya en el Café Cuba, contamos con la compañía de Ton y alguna de la gente del Peach. Ya he comentado antes alguna de las charlas que tuvieron lugar, pero hay que destacar el estupendísimo trabajo de imitación que había conseguido uno de los tipos italianos. Nuestro Jandro también conseguía algunos momentos, de forma que sugerimos la creación del Ton Imitation Contest para el siguiente año. Malefico hacía el contrapunto con la imitación de alguien cuyo nombre no recuerdo, ni quiero recordarlo tampoco :D

Pude comprobar durante esa noche que, excepto los italianos (que son unos cabrones), el resto de gente estaba bastante seria la mayor parte del tiempo. Los nórdicos tienen un sentido del humor muy... intelectual o algo.

Al salir de allí (porque nos echaban para cerrar, básicamente) una fermosa damisela se encontró en apuros con la cadena de su bicicleta-caballo. Al principio nos dedicamos, como buenos españoles, a quedarnos a un lado riéndonos de la situación, pero la pobre al final dijo que dejáramos de reírnos y le echáramos una mano. Después de que casi todo el grupo se metiera por allí para intentar reparar a la terca bicicleta, Damiles consiguió reparar la posición original de la cadena, heroicidad que le valió un buen pedazo de abrazo de la susodicha. Él y Luis (que no deja pasar una, el tío) terminaron con las manos pringadas de grasa, que hubieron de lavar en otro bar de la misma esquina de la calle, justo delante del lugar donde a la chica se le volvió a salir la cadena 14 segundos después de habérsela arreglado. Allí, cuando una bici se rompe, se rompe de verdad.

Al final de la noche nos dimos una vuelta rápida por el barrio rojo. Allí sólo estaban los turcos, los traficantes y nosotros. En los escaparates, decenas de cuerpos rayando lo divino sin apenas clientela venían a corroborar la teoría de Koex: cuando todas están como un queso y son tan asequibles, y aún así sabes que en el peor caso siempre puedes ir a esa parte de la ciudad a hacértelo con una semidiosa, se pierde toda la emoción, y la líbido con ella.

Una de ellas tenía un fuerte parecido con Cindy Crawford, que uno de nuestros acompañantes nos hizo notar. Alguien que paseaba por allí le dijo algo como "muy bonita, pero igual luego es un tío". "Sé que no es un tío", añadió el acompañante. "¿Cómo lo sabes? -Porque ya estuve aquí anoche". En fin :D

A malefico se le ocurrían ideas perturbadoras como pasar por delante de alguna de sus casetas hablando sobre la arquitectura del edificio. Nos echamos un montón de risas de camino al hostal.

Y por fin, el último día, la vuelta. Por la noche me di cuenta de que mi toalla había sido raptada para llevarla a la lavandería (había un cartel advirtiendo de que toda prenda que estuviera en la planta sería llevada allí, pero pensaba que se limitaba al cuarto, y no al pasillo de las taquillas). A la mañana siguiente hice una escapada para recuperarla, y después de recompilarnos y almorzar, Damiles y yo nos despedimos de la gente que había por allí. Camino del aeropuerto fuimos hablando con un blendiberita alemán que estaba metido en un proyecto de reconstrucción de escenarios en 3D a partir de fotos. Yo iba odiando la maleta (de la que acabo de descubrir que puede extender mucho más el mango... ¡mierda!), por el mango y por su ruido. Para otra vez, mejor la mochila.

El avión estuvo mucho más tranquilo que la primera vez (o nosotros íbamos mucho más cansados). El viaje en cola es mucho más ruidoso. Al llegar a casa me di cuenta de que tenía una dolorosa ampolla en la cara externa del dedo pequeño del pie izquierdo.

A partir de aquí, me están haciendo falta unos cuantos días para defragmentar mi vida y dejar de echar de menos tantas cosas...

Leyenda:
1->nuestro Stayokey
2->lugar de charlas: De Zwijger
3->el Hotel Linda
4->el otro Stayokey


Yyyyyyy eso es todo. ¡Blendiberitas power! El año que viene repetimos, espero.


P.D.: Os dejo con la fantástica crónica de malefico.

9.10.07

Sugus de naranja (Esta mañana me he levantado...)

Varias cosas. La primera, que me gusta la sonoridad de "sugus de naranja", quizá por ese comienzo con vocales cerradas que evoluciona hacia una palabra llena de "a".

La segunda, que me parece muy bien (en realidad, no) que me manden "correos en cadena" para que firme en protesta de alguna cosa, pero parece que la gente no se da cuenta de un pequeño detalle. Pongamos que conozco a cinco individuos: A, B, C, D y F. A también conoce a 0, 1, 2, 3 y 4; B a 5, 6, 7, 8 y 9; C a 10, 11, 12, 13 y 14, D a 15, 16, 17, 18 y 19, y F a 20, 21, 22, 23 y 24.

Supongamos que yo (llamémosme aleph sub zero) envío a mis conocidos un correo para que lo difundan, añadan su nombre y, para organizarnos mejor, a cada 10 firmas le envíen el resultado a touchyoutheballs@hotmail.com.

A, B, C, D y F recibirían un correo sólo con "aleph sub zero".
0, 1, 2, 3 y 4 recibirían un correo con "aleph sub zero" y "A".
5, 6, 7, 8 y 9 recibirían un correo con "aleph sub zero" y "B".
y así sucesivamente. En definitiva, después de haber molestado a 30 personas, ninguno de ellos tendría una lista medianamente completa con la gente interesada, aparte de que sí tendrían nombres repetidos de otras listas, y de postre, nunca le llegaría el correo a touchyoutheballs@hotmail.com para darse cuenta de que, oh cielos, tiene un montón de correos bastante inservibles por causa del montón de nombres repetidos.

En resumen: si alguien quiere emprender una campaña, que monte un wiki privado o algo por el estilo y deje de perder el tiempo. Una sola lista.

Y ya para terminar, la parte que venía a contar. Desde el 1 de octubre estoy trabajando para Virtual Toys, una empresa referente a nivel nacional en cuanto al desarrollo de videojuegos para PC y casi todas las plataformas de consola, con éxitos como el Horsez o el Rafa Nadal. En concreto, trabajaremos en Virtual Toys Valencia, en unas oficinas que han abierto en La Vall d'Uxó. Tal y como pone en la web, nuestro primer proyecto será para Wii, y... hasta aquí puedo leer, ya que el tamaño del NDA (acuerdo de privacidad) que hemos tenido que firmar es de considerable tamaño.

Aquí va una fotito del equipo actual en su visita a la sede de Madrid, en un momento de recogimiento espiritual:

De izquierda a derecha: AgeR, Baktery, Nerlaska y Zeke.
(Servidor está justo detrás de la cámara)


Y ya que el viernes me compré la consola, aquí nuestra versión Wiizada (con mayor o menor éxito). La foto está sacada con el móvil y hecha a la tele, así que es una soberana porquería. En vivo gana bastante :D

Aquí usad vuestra imaginación...

Esto en cuanto al currete. En cuanto a mi vida estudiantil, hace un par de semanas comenzamos el Programa Oficial de Postgrado (un máster, para abreviar) en Comunicación Audiovisual, especializado en animación infográfica. A ver si aprendo de una vez a animar como toca :)

Espero ir poniendo mis progresos. De hecho, espero tener progresos :D

¡Un abrazo para todos y felices juegos!


6.10.07

Desobviedades (Esta mañana me he levantado...)

Cosas de las que me he enterado muy recientemente:
  • "Pepperoni" no es, como yo creía, algún tipo de vegetal, sino salami o salchichón o algo así. Llevo años sin pedir ninguna pizza de pepperoni pensando que sería algo como la albahaca. Cuánto tiempo perdido por no llamarle salchichón.
  • Toda la leche que consumimos viene de vacas embarazadas (o cabras o ratas, pero embarazadas). Todo el día allí dale que te saca la leche, pobres, y encima con tanto ternerillo los venden para carne, pobres también.
  • Existe otra "religión" al estilo del Pastafarianismo (e incluso más antigua), la de La Unicornio Rosa Invisible. ¿Tendré que declararme poliateísta?
Y un pensamiento más reciente aún:
  • Si no me gustan los musicales, y no soporto a los mimos (nada personal, Luen), ¿odiaría a muerte un musical de mimos?

30.9.07

Otrodependientes

Un buen día, no sé por qué, decidió que sus problemas de ligue se resumían en que tenía las uñas largas.

Era una chica, por todo lo demás, aparentemente normal. De hecho, era guapilla, esbelta, de ojos profundos y voz suave y bien modulada. Era simpática, tenía sentido del humor, y su claridad mental para comprender las cosas era incluso algo superior a la normal. Por supuesto, también tenía sus puntitos de irracionalidad que la hacían si cabe más interesante. La mujer perfecta, vamos.

Por eso no terminaba de entender que se le hubiera cruzado esa idea por la cabeza. Al parecer, algún que otro chico la había rechazado, o no le había hecho el caso que ella hubiera esperado recibir. Pero en fin, nada fuera de lo común (cada cual tiene sus gustos, y los hay que no quieren a la mujer perfecta, porque les sobrepase o les dé miedo o vaya usted a saber).

Ella insistía: que si aquél tipo que le gustaba acabó saliendo con aquella otra palurda y, si te fijabas, tenía las uñas más cortas que ella. «¿Tú me ves guapa?» me preguntaba, como si mi respuesta tuviera la más mínima validez. No era yo de quien necesitaba una respuesta afirmativa. Por supuesto, la veía guapa, y así se lo hacía saber. Le recordaba que la apariencia, en las personas con un mínimo de sentido común, era un aspecto secundario a tener en cuenta para querer estar con alguien o no y que, si había alguien que lo antepusiera -sobre todo en el estúpido caso de que fuera por tener las uñas largas-, esa persona probablemente no merecía tanto la pena como ella pensaba en un principio.

De todas formas, se cortó las uñas. Siguió pretendiendo a otras personas, con los mismos nulos resultados. «Dime que soy guapa», me sollozaba en ocasiones, cuando se derrumbaba al contarme sus esfuerzos inútiles por tener un acercamiento con tal o cual chico. De nuevo, la respuesta era afirmativa.

«Sigo teniendo las uñas demasiado largas», soltó de sopetón, como si fuera la única y mayor verdad del Universo. Le dije que se mirara las uñas: las tenía tan cortas como yo, algo normal, pero ella dijo «¿Lo ves? Son muy largas todavía.»

Y así comenzó el viaje hacia el infierno. Se cortó las uñas hasta el mismo borde de la carnecilla de la punta del dedo. Se pasaba la mayor parte del tiempo atenta a las uñas del resto de la gente, veía cómo otras chicas a las que no tenía nada que envidiar (o más bien al contrario) se quedaban con los chicos a los que ella pretendía. Comenzó a morderse los bordes de los dedos. Quizá eran los dedos lo que se veían demasiado alargados.

Cuando le dije que estaba cometiendo una tontería impropia de ella, me lanzó una mirada avernal. Me dijo que yo no era capaz de comprenderlo. Que las otras tenían manos más cortas. Que la dejara en paz. Yo le repliqué, de malas maneras, que quizá lo que tenía era el cerebro demasiado largo, y que igual eso sí que había que amputárselo. Tuvimos una fuerte discusión, y optó por no saber nada más de mí.

Durante los siguientes tres meses no dejé de pensar en qué clase de infierno se habría desatado dentro de su cabeza. En cómo era posible que viviera en un mundo con esas normas tan extrañas que se autoimponía, con explicaciones inauditas para las cosas más comunes. Deseé que hubiera sido algo transitorio, y que antes o después alguien se fijara en ella y se le pasara la confusión.

Cuando apareció en mi puerta, completamente demacrada, con los ojos hundidos, las clavículas, codos y rodillas marcados, el pelo revuelto, la cara pálida y las manos vendadas, se me cayó el mundo al suelo. En aquellas vendas se adivinaba la falta de varios dedos. Lloraba en silencio, y yo me supe incapaz de poder decir o hacer nada. Apoyó su cabeza en mi hombro y estuvo unos segundos callada, cogiendo aire y fuerzas.

«¿Tú me ves guapa? Dime que soy guapa.»

Pero ya no podía decile eso a un amasijo paranoico de aspecto repelente...

En la mente criminal (A veces pasan cosas...)

En un instante de tiempo dado, me gustaría poder ver en un mapa (a lo Google) la disposición geográfica de todas las personas que hayan cometido algún crimen que quedara impune en su día. Gente que hace su vida normal sin que los que les rodean tengan la más mínima idea de que han sido partícipes de un delito.

¿Qué se les pasará por la cabeza? ¿Estarán constantemente a la defensiva? ¿Tendrán siempre la sensación de que lo llevan dibujado en la cara? ¿Les dará igual? ¿En qué piensa un chaval que coge un arma para cargarse a sus padres, o a medio instituto? ¿Cuál es su escala de valores, sus principios, su visión de la vida? ¿Se sienten inferiores, superiores, sólo sienten odio, repulsión, miedo, nada en absoluto?

Dudas que surgen volviendo a casa en coche con las noticias puestas. ¿Por qué las noticias dan esa sensación de que vivimos en un mundo tan cruento? La mayor parte del tiempo (y del espacio) la pasamos en paz con la gente que nos rodea. No vamos por las calles dando machetazos a cualquiera que se nos cruce, ni nada así. Aunque con lo susceptibles que nos dejan las noticias de actos violentos que se cometen -de forma esporádica y anecdótica- aquí y allá, siempre vamos con la sensación de miedo de que nos puede pasar algo, y ese miedo nos predispone a dar respuestas violentas.

Hmmm... creo que sería buena idea que todo el mundo dejara de tener noticias de todos durante un par de meses.

23.9.07

Saturación (Esta mañana me he levantado...)

Ando algo escaso de tiempo para hacer todo lo que quisiera (como escribir aquí y allá cosas que querría). Pero tarde o temprano lo haré.

De momento ahí va una inyección de espíritu de superación en vena, para quien lo necesite:



17.9.07

Así no (Esta mañana me he levantado...)

Papá, ¿qué es eso que se oye que hace "cri-crí"?
Será algún pájaro.

Y siguió caminando tan campante, el muy animal.

3.9.07

Equívocos habituales

Yo soy muy mimoso. Ella era mi musa. Me pareció evidente que estábamos hechos el uno para el otro...

11.8.07

12A Revisited (A veces pasan cosas)

El Día de los Sueños Rotos coincide, no por casualidad, con la lluvia de estrellas de las Perseidas de la noche del 12 al 13 de agosto. Muchos piensan, acertadamente, que podría haberse llamado La Noche de los Sueños Rotos.

No es un día (o una noche) desagradable. Como pueden consultar en las entradas de hace uno y dos años, es más una jornada de recogimiento, un brindis con una sonrisa "por los amigos que se marcharon sin dejar su dirección" (que diría Doctor Divago), un quiero-y-no-puedo-pero-es-lo-que-hay-así-que-mejor-intentar-ser-felices-con-esto.

De hecho, este 12A es para mí casi casi un Día de los Sueños Cumplidos, a juzgar por cómo me va la vida actualmente. Pero bueno, siempre hay Sueños Rotos por ahí. He echado de menos a Natxo en multitud de ocasiones, he tenido planes que se han ido al garete por la más tonta casualidad, olvidos, malas rachas, épocas de estrés.... esto es universal, así que para qué dar más detalles :)

Feliz Día (o Noche) de los Sueños Rotos, y no os perdáis las estrellas, si tenéis ocasión y el tiempo os lo permite.

29.7.07

Depresión post-party (Esta mañana me he levantado...)

Esta vez con fotos. ¡Y con casinos! ¡Y con furcias! Es más, paso de las fotos. Y del casino.

Llevo dos horas subiendo fotos (total, para la calidad que tienen...). Os dejo con el enlace a flickr, y ya otro rato acabo de contar algunas cosillas y dejo los avisos para navegantes.

Campus Party Día 6 (Esta mañana me he levantado...)

Fantástico último día. Ha comenzado con el resto de las presentaciones que no se hicieron ayer (de las tres categorías de concursos restantes). De nuevo, los trabajos han sido muy interesantes.

Después ha comenzado la entrega de premios del concurso "Tú también puedes" y "DesarrolladorES", ambos organizados por el inefable, incansable e inífugo Ramón "Nae" Nafria. Ha habido muchas nominaciones, con representaciones de algunos de los eslabones más importantes en el (escaso) tejido empresarial español. AgeR (mi compañero de equipo en el concurso de desarrollo rápido de juegos), por cierto, se ha llevado cinco "Runaway 2" en una de las categorías del "Tú también puedes". ¡Enhorabuena!

Más cosas, más cosas... Mark Shuttleworth ha dado su charla sobre Ubuntu, pero he llegado ya comenzado el turno de preguntas. Me ha dado la impresión de ser un tío la mar de majo. Me ha firmado una Ubuntu de 64 bits (al fin le encuentro utilidad :D), y nos hemos hecho una foto él, Pablo Navarro "Panreyes" y un servidor (espero que el que nos la hizo recuerde pasárnosla). Ha sido curioso que, dos preguntas de gente extranjera que he oído, ambas versaban sobre el mundo de los videojuegos y Linux. Creo que esas preguntas difícilmente hubieran salido de una boca española...

Lo que me lleva al siguiente evento: la mesa redonda de las empresas. Ha sido un repaso al pulso del tejido empresarial (o su ausencia) en conjunción con el mundo universitario: qué buscan, qué encuentran, cómo sobreviven, y cómo ven el futuro. A destacar el optimismo de todos ellos, tal y como ven la evolución del mercado español, pese a su también unificada conclusión de la falta de inversión en el sector.

Poco después, ha comenzado la entrega de premios. Quiero pensar que todos podíamos haber estado perfectamente ahí arriba, recogiendo la cartulina con sus complementos. Los ganadores lo han sido bien merecidamente, en todas las categorías.

Y nada, en el resto de la noche (hasta el momento), toca ir apagando motores, atando cabos que aún colgaban por ahí, y escribiendo "crónicas" como ésta :)

Supongo que mañana ya no habrá post. El día consistirá en recoger todo, ir a comer todo el clan de Stratos (que queden) a alguna parte, y volver a nuestras casas a volver a probar eso de "dormir a gusto".

Cuando esté todo de nuevo arreglado, intentaré autorrecordarme consejos para el año que viene (que espero poder asistir, con nuevos y fantásticos superpoderes).

Muy pronto (¿quizá mañana por la mañana?), fotos. Como se suele decir por estas latitudes, EOF.

28.7.07

Campus Party Día 5 (Esta mañana me he levantado...)

Me quedé sin autógrafo de Marcelo Tosatti por haberme olvidado el boli. Qué crack, y qué majo el OLPC. Después de eso (y de comprobar que siempre he tenido que volver dos veces a la tienda -o salir dos veces si había entrado-, cosas de Murphy), el resto del día ha sido para terminar como hemos podido el Di Tenerif's Esqueip.

Después, una cena en el chino (por fin un rato de relax después de la Death Line, con sus Murphyologías propias, como CDs que no quieren grabarse, bugs descubiertos a posteriori, etc.) para tomarnos ese pequeño ratito de relax que teníamos bien merecido.

Por la noche se hizo la presentación de los proyectos. Fue acojonantemente agradable comprobar el nivelazo que tenía la gente, y de lo que eran capaces de hacer en 72 horas.

Además, ya medio muerto, también presenté el proyecto de Buhu's Adventure, aunque de nuevo, los proyectos de los demás eran también fantásticos. Me alegro de no poder votarme a mí mismo en ninguna categoría :D

¡Comienza la recta final! Las últimas charlas y presentaciones, las entregas de premios, y el empezar a echar de menos todo esto incluso antes de habernos ido. Ains...

Pronto, fotitos ;)


27.7.07

Campus Party Día 4 (Esta mañana me he levantado...)

El agua caliente en las duchas es un mito urbano. El estrés empieza a apoderarse de mí (desde el momento en el que me toca rehacer casi todos los gráficos del concurso para readaptarlos al estilo que AgeR quiere darle al juego, a estas horas, ains). Me he hecho una fotito con R2D2 (más adelante fotos y un vídeo de youtube donde sale el bichito en cuestión), y como me he levantado a la 1, el resto del día lo he pasado haciendo las cosillas del concurso. Un día breve, pero intenso...

26.7.07

Campus Party Día 3 (Esta mañana me he levantado...)

Barbara se va a Japón y no se puede casar conmigo. Había paelia, está bien eso de comer a más de un metro del ordenador de vez en cuando. He pasado algo de frío. Y es muy buena idea traerse papel higiénico de casa. Me alegro de no haber dejado la tienda cerca de las duchas.

Las criaturas de leyenda han estado bien, incluso con los cortes por berridos, pero la de EJSanz me ha encantado. He sentido un impulso de migrar a Finlandia durante unos meses que pa qué...

El juego va adelantando. Pensaba que teníamos hasta mañana, pero tenemos hasta pasado mañana, así que estoy contento y relajado. Y en eso se nos ha ido el día, pero me lo estoy pasando teta con mis divagaciones sobre la historia del juego.

Tenemos el blog del juego en http://www.andorstudios.com/cp2007

Ale, a currar un ratejo más.

25.7.07

Campus Party día 2 (Esta mañana me he levantado...)

El agua de las duchas está fríiiiiiia. Hay dos módulos de duchas para chicos, dos para chicas y uno para minusválidos. La proporción es incorrecta, y en los módulos de los chicos siempre hay cola (para que luego digan que somos guarros...). El viaje a mercadona no me ha dejado ver a Albert Hubo (d'oh!). No pensar en nada es difícil. Eloy ha sido mejor que yo en eso, dos veces. ¡Tengo una camiseta de un marcianito del space invaders!

Tommy Tallarico es un crack. Tiene una historia de lo más peculiar, y me ha encantado su secuencia de referentes: John Williams, Beethoven, Jerry Goldsmith, Mozart...

La tecnología de las "surface tables" sirve, por lo menos, para hacer sombras chinas sobre ella. Los de Microsoft me han dado una de esas camisetas con velcro para poner letras en ella, y un boleto para el sorteo de un viaje a Brasil (¿por qué no?).

Un título: Di Tenerif's Escape. Un alien para el concurso de juegos. Ah, y un conejo wifi. Y un grito de "¡Espartanos!" a las mil de la mañana.

Dentro de poco, fotitos... Ahora, una charla que le encantaría a Zona Lunar. Vamos con Babsi Lippe :D

24.7.07

Campus Party, día 1 (Esta mañana me he levantado...)

Montaje, cansancio, colas, autobuses, espera. Un estupendo espectáculo de música de videojuegos, y algunas anécdotas de éstas que hacen que la gente adopte gritos de guerra como "Tenerif". Después sueño, mucho sueño...

Luego pongo fotos y amplío la información, que me voy para una charla :D

20.7.07

Las caricaturas de Mahoma (Esta mañana me he levantado...)

Uy, perdón, que nosotros no usamos de eso. Aquí el pollo es por las caricaturas de un príncipe.

Si en un estado como el nuestro se va a prohibir la sátira pública de personajes públicos, por relevantes que sean, sólo se me ocurre que somos igual de cabezabuques que aquellos a quien tanto criticábamos por su cerrazón religiosa.

Sólo se me ocurren tres alternativas -no mutuamente excluyentes-:
a) Cambiar de país a uno que tenga un sentido del humor más autocrítico (¿Inglaterra?).
b) Recoger firmas para retirar el secuestro y a Del Olmo por perder su tiempo (y el de los juzgados) en ese asunto habiendo otros muchos realmente serios.
c) No hay c.

Porca miseria. ¡Aúpa "El Jueves"!


Edito: Juas, ¡gracias por la noticia, servidora!

17.7.07

El hombre y el río (A veces pasan cosas)

No sé dónde lo leí (pero sé que no fue en el libro de Millás), algo acerca de que alguien podía pasarse la vida haciendo una determinada cosa y, en un momento dado, hacer otra distinta, volver a lo mismo de siempre y descubrir que ya nada es lo mismo de siempre.

Me explico, por si no se me ha entendido: puedo pasarme la vida mirando las gaviotas sobrevolando el mar. Un día, puedo encontrarme un par de gaviotas muertas al haberse enredado en el hilo de pescar de un cebo perdido. Por mucho que siga mirando las gaviotas sobrevolando el mar, ya no podré verlas de la misma manera.

Estos cambios de perspectiva ante la vida se dan en muchos aspectos simultáneamente y de forma constante. La gente cambia de modo de pensar, de modo de vestir, de modo de sentir, incluso de hablar o de vivir, en definitiva. No suelen ser cambios de la noche a la mañana, pero estamos en constante evolución.

La frase popular dice que un hombre nunca se baña dos veces en el mismo río. Primero, porque aunque fuera exactamente el mismo hombre, nunca podría hundirse exactamente bajo las mismas aguas (que ya habrían discurrido río abajo en su caótico devenir). Pero además, el hombre nunca será exactamente el mismo hombre. Incluso sólo por el hecho de haberse sumergido la primera vez en el río, la segunda ya no será lo mismo (¿recordáis la primera vez que subísteis a una atracción de feria? O cualquier primera vez de cualquier cosa en general).

El cómo cambian las perspectivas a lo largo del tiempo es un tema interesante, básico para conseguir empatizar con las personas. Entender por qué algunas personas, incluso siendo más distintas entre sí que en el pasado, parecen encajar mejor. O al contrario, personas convergentes que sufren un exceso de compatibilidad (gran canción de Doctor Divago, por otro lado).

En realidad no tengo mucho que decir, más que me conmueve cuando me siento conscientemente distinto de cómo era hace X tiempo. Si me hubieran dicho hace 8 años que hoy estaría como estoy hoy, creo que no entendería nada. Si me dijeran cómo estaré dentro de ocho años, probablemente siga sin entender nada.

Ya no soy como era antes de escribir esto. Ahora he puesto en orden una pequeña parte de mis pensamientos al respecto, y algunas cosas se vuelven más diáfanas. Y si lo leo, volveré a ser distinto. Puede que no muy distinto, pero nunca igual.

¿Suficiente comida de tarro por hoy? Pues buenas noches, y dulces sueños. Hasta el próximo cambio sutil...

16.7.07

Subproductos

Escritores que escriben sobre escritores. Qué manido, y qué absurdidad.

Cerré el libro de Millás y me reacomodé en el torturante asiento de aquel Talgo que me devolvía a casa. Yo soy escritor, y siempre he pensado que ése es el recurso fácil. «Escribe de lo que sepas», recomienda Stephen King. ¿Y de qué va a saber más un escritor que de la propia vida de un escritor? Muchas de las historias de King, sin ir más lejos, van de lo mismo. Manido y absurdo.

Con lo increíblemente sencillo que es crear historias. En sitios como aquel tren, por ejemplo, eran las historias quienes buscaban a uno. Los personajes aparecían como setas, se abalanzaban sobre ti o se insinuaban llamándote la atención más por lo que escondían que por lo que mostraban.

La de historias que podía haber en un radio de cuatro metros cuadrados alrededor de donde estaba sentado... Lo que ocurre es que, cuando quieres escribir, a veces parece como si arrancaran de un tirón todos tus recursos y los tiraran a la basura. Porque querer escribir es como querer ser feliz. Da igual lo mucho que lo quieras: serás feliz (o no) como efecto secundario de un cúmulo de cosas que, en principio, no tienen por qué estar ligadas. Con la escritura pasa algo parecido: si estás en el momento oportuno en el lugar adecuado, te ocurrirán (u ocurrirán ante ti) cosas que harán que desees tener a mano una libretita para poder apuntar a toda prisa las palabras claves de esos hechos, esas frases, esas personas, que no querrías que se te olvidaran. Tendrás la historia delante de ti, pidiéndote por favor que la plasmes de alguna forma.

En aquel tren de grandes líneas, por ejemplo, podías adivinar docenas de historias interesantes. Algunas incluso las llevabas dentro, en forma de recuerdos. Por ejemplo, una mujer se despedía de su pareja en la puerta, antes de salir. Te cruzabas con su mirada melancólica en el pasillo, y sólo podías desear animarla, decirle que todo saldría bien, pedirle que te contara su historia -eso suele animar a las personas-, entablaríamos una charla y yo le contaría mi propia historia, mis propias historias de relaciones a distancia, como la vez en la que, en una visita sorpresa, mi chica perdió un pendiente muy preciado en el césped antes de una de sus clases en la universidad -por mi culpa, hay que añadir-, y cómo conseguí encontrarlo (en lo que parecía una misión imposible) antes de que saliera de esa clase. Su cara de felicidad radiante no tenía precio. Aquella tarde era su héroe particular.

Por supuesto, en el mundo real te cortabas un poco y te conformabas con adivinar cómo estaría siendo su vida mientras se sentaba en silencio, con los ojos turbios. Pero pasaba el interventor, y de nuevo fluían las preguntas que podrían servir como gérmenes de historias: ¿cómo eran capaces esas personas de recordar a quién habían mirado ya el billete, y hasta dónde iba cada uno? Me veía preguntándole ("Disculpe, ¿cómo sabría usted si yo me bajo una o dos paradas después de donde se supone que debería?"), y él me respondía que desde muy pequeño tenía una tendencia natural a recordar muy bien caras y hechos, y que además se entrenaba con esos ejercicios cerebrales que traen ahora algunas videoconsolas. Después se reiría de mí, diciéndome que era una broma, que su papel era más disuasivo que otra cosa, y que se le solía notar a la gente si te había enseñado ya su billete o no, o si estaban haciendo trampa, por su grado de estrés.

Pero tampoco preguntabas. Puede que esa historia me gustara más que la realidad, fuera cual fuera.

Entre estas divagaciones, el tren llegó a la estación en la que tenía que hacer trasbordo a un tren de cercanías. Tuve la sensación de que los trenes de grandes líneas "molaban más" para sacar historias que los de cercanías. Grandes líneas, grandes historias. Aunque los de cercanías, pensé, quizá tuvieran historias más cercanas.

Al bajar del tren y comenzar a cruzarme con una marea de ojos en dirección contraria, sentí ganas de correr. Fue un impulso súbito, un pequeño ataque de ansiedad por el final de vacaciones que se avecinaba y que tanto había saboreado. Qué demonios, seamos sinceros: acababa de estar con ella unas horas antes y ya la echaba de menos. La noche anterior, sin ir más lejos, disfrutábamos en el puerto de unos fuegos artificiales. "¿Por qué tienen que hacerlos siempre a las doce de la noche? ¿Es que no pueden tirarlos antes?". La amé por esa pregunta tan mía, a la que respondí de una forma muy suya. Ahora ya no estaba. Ojalá hubiera un tren de vuelta para deshacer el camino en ese mismo momento. No salí corriendo, pero apreté un poco el paso. Y hubiera jurado que me crucé varias veces con su aroma...

En el otro tren redescubrí que las ideas para la ficción te pueden venir dadas sólo escuchando a la gente. Una cría en plena ebullición hormonal le contaba a dos compañeros-esbirros de instituto -si es que llegaban a pisar alguna vez ese edificio- que la había cagado: "La he cagado. Mi padre acaba de llamarme. Joder, que mi padre trabaja en el puerto. Dice que conoce a un guardia civil al que le puede pasar la matrícula para averiguar dónde vives, y que entonces irá a partirte la cara."

Poesía pura. Dejé al trío con su momento de pánico mientras me sentaba cerca de la puerta opuesta, sudado por el calor pegajoso y la pequeña carrera de antes. Cogí el libro de Millás y volví al ataque.

El tren arrancó de camino a mi pueblo, con sus ochenta mil y una paradas intermedias, y yo seguí avanzando en la trama y los personajes de aquella novela sobre escritores. Uno de los macarras de la chica iba armando jaleo con música bakala puesta a sonar a todo trapo con su móvil, y el calor de la calle se iba calmando con el aire acondicionado del tren, aliándose con la parsimonia del anochecer veraniego.

Tres o cuatro -o diez- paradas más adelante, sucedió algo que desvió mi atención del libro. Después de que algunas personas bajaran por donde yo estaba, un chavalín de unos ocho años, que había bajado en esa misma parada un par de puertas por detrás, fue pulsando el botón de "cerrar" de cada una de las puertas ante las que pasaba. Lo primero que pensé fue «Qué pequeño cabrón». Luego pensé «Un momento, en realidad ha hecho lo correcto; en el tren piden que se cierren las puertas para mantener la temperatura interna». Mientras me debatía en la ambigüedad de si aquel joven era un maleducado o la única persona cívica de todo el andén, el aviso de cierre de puertas sonó, y el tren se puso en marcha de nuevo.

Como decía antes, ésa era la clase de cosas que te podía dar material "gratis" para escribir. Tienes las historias, tienes los lugares, y tienes los personajes. Luego coges esos personajes, y los relacionas.

Las relaciones, así en abstracto, siempre me han resultado muy interesantes. Aplicándoles un punto de vista informático, las suelo ver como árboles de fibra óptica que conectan a las personas formando una intrincada red. Para relacionarnos, enviamos información por esos cables.

A veces, la gente piensa que al dejar de tratar con una persona, el vínculo que los relaciona se rompe. Nada más lejos de la realidad: que no estés transmitiendo por el cable no significa que no haya cable. Basta una carta del otro lado, una llamada, un SMS, y esa persona con la que supuestamente no tenías relación pasará por tu vida como un barco que se cruza con otro, dejando a veces una turbulenta estela capaz de hacerte zozobrar si no vas con cuidado.

Recordé una conversación parecida que tuve no hacía mucho con una vieja amiga con la que apenas tenía contacto (quizá de ahí el tema), mientras probaba por primera vez un sabroso mojito (y mi tolerancia al alcohol, con nefastos resultados en este último campo). Después de perder mi capacidad psicomotriz y mi diccionario mental de sinónimos, discutía con ella en pleno ataque de llanto (un llanto en absoluto acorde con mi estado psicológico real, más bien lo que Millás definiría en mi libro como «un resignado fenómeno atmosférico», algo así como la antítesis de un ataque de risa tonta), discutía con ella, decía, sobre los lazos que nos siguen uniendo -afortunada o desafortunadamente- a los seres con los que alguna vez hemos tenido relación.

Este recuerdo me iba a resultar extrañamente curioso poco después; a veces parece como si la realidad fuera sólo trazas pintadas sobre un tapiz cuyo motivo únicamente se puede apreciar desde lo lejos. En una de las últimas paradas antes de llegar a casa (y con mi columna vertebral pidiendo a gritos disociarse del resto de mi cuerpo), una abuelita intentó subir por la escalera frente a la que estaba sentado. La pobre levantó el primer pie, y apenas tenía fuerza para subir los otros dos, así que me tendió una mano que tomé al instante. Me dio las gracias y fue a sentarse no muy lejos, dentro de esos cuatro metros de acción de mi sónar interno.

El tren volvió a moverse, y yo volví a las últimas páginas del libro. Aquel libro no iba a pasar de la puerta del tren sin haberse terminado. Me quedé absorto de nuevo, temiendo subconscientemente evadirme tanto que no escuchara el anuncio de mi parada. No quería pasar ese bochorno, no otra vez... Entonces, la abuela preguntó por el nombre de mi parada a una mujer que se preparaba para bajar. Concretamente, quería saber por cuál de las dos puertas tendría que apearse. Supuse que necesitaría tomarse su tiempo para llegar hasta ella y prepararse mentalmente para su suplicio particular de la bajada de escalones.

Pero aquella mujer no supo responder a la anciana. Miré hacia ella y le dije que no se preocupara, que yo iba a esa parada, y le señalé que la bajada era por la puerta que tenía justo enfrente de mí. La misma por la que había subido unos minutos antes. Ella volvió a darme las gracias, y empezó a contarle al grupito de personas que tenía alrededor una anécdota acerca de la vez que llegó de noche y a solas al parque de esa estación, y un tipo con mala pinta se puso a seguirla durante unas calles, ante su pavor.

Esa gente asintió e hizo algún tipo de comentario sobre los tiempos que corren. En realidad, supongo que tenían el más mínimo interés en su historia, cosa que no amedrentaba en absoluto a la locuaz anciana.

Dentro de mi cabeza, podía ver claro como si fuera un guión propio que los acontecimientos discurrirían de la siguiente forma: la viejita me volvería a pedir que la ayudara a bajar. Luego, al haber un paso subterráneo con escaleras, obviamente tendría que hacer lo propio hasta llegar al otro lado. Y al llegar a ese otro lado, me contaría la anécdota de la vez en la que un tipejo intentó atracarla, y me vería en la obligación de escoltarla por el parque hasta algún lugar iluminado.

Dicho y hecho, las cosas se sucedían con la sincronía de un reloj atómico suizo. Bueno, o lo hubieran hecho si no la hubiera convencido de que esta vez había bastante gente en el parque -el resto de los que acababan de bajar- y nadie se atrevería a hacerle nada.

Así que, una vez a salvo de los malvados, la dejé allí y volví a casa quitándome el disfraz de superhéroe en la primera cabina. No creáis que es fácil, ya apenas hay cabinas. Fue curioso volver a cruzarme con la temática del "héroe" en tan poco rato. Lo achaqué a otro hilo del destino, y continué deambulando por las calles, jugando a formar palabras con las tres letras de las matrículas modernas de los coches con los que me cruzaba. CNT, canto. GND, gónada. DXS, deixis -fuera lo que fuera aquello, estaba seguro de que existía-. FFH... mierda, a esperar al siguiente.

Escribir historias... Fui montando mentalmente la historia que iba a escribir al llegar. De mis primeros relatos de ciencia ficción, había pasado a desarrollar el gusto por las historias cotidianas. Creo que por culpa -o gracias a- una compañera aficionada a ellas, a quien quería impresionar. Un amigo me dijo por aquél entonces que era un ingeniero de las palabras (quizá por productos propios como "abracitar"), pero aquella noche el adjetivo me quedaba grande.

Llegué al jazmín de la esquina de mi casa, e inspiré hondo su fragancia. Subí a casa, entré en mi cuarto y dejé caer el equipaje sobre la cama. Me tomé una tónica fría mientras se encendía el ordenador, y después me puse frente a él y empecé a ordenar mis ideas.

Cuando terminé de escribirlo, lo releí. Pensé por última vez que aquel montón de mierda no merecía ver la luz jamás. Luego, pulsé el botón de publicar.

9.7.07

Dentífrico Terrorífico (Esta mañana me he levantado...)

Leo por ahí que hay algunas marcas de dentífrico (o "dentrífico", que ponen algunos) que contienen una sustancia que puede resultar tóxica tras su ingesta masiva, y que hay que retirarlos del mercado.

Dos preguntas rápidas (y más fáciles que lo de calcular a qué velocidad tienes que ir para que el disco rojo de un semáforo se vuelva verde):
1. ¿Quién ingiere masivamente dentífrico?
2. ¿Por qué, por razones análogas, no se retira del mercado el tabaco?

Otros puertos (Esta mañana me he levantado...)

No es que me haya cansado de las ciudades visitadas. Al contrario, les he cogido mucho cariño a algunas. Ahora, la marea me lleva hacia nuevos rumbos. Dejo atrás la licenciatura en Ingeniería Informática, y la de Comunicación Audiovisual.

En el horizonte, el Máster en Nuevas Tendencias de la UJI; un poquito más allá, el doctorado (pero todo esto sin prisas, saboreándolo; bastante estrés he tenido ya). Y por el camino, un trabajo.

Pero no uno cualquiera, sino ése con el que sueñas de pequeño, cuando te pasas los días trasteando con el Basic 2 del Gem Desktop de tu Amstrad (para hacer cosas gráficas, eso sí..., no en vano acabé haciendo la pirula extra para sacar el Gem Paint). Desarrollador de videojuegos. Cómo mola, y qué difícil de explicar es cuando te preguntan (de momento en el banco y en un bar) que de qué trabajas.

Y a ver cómo cuentas que es una industria que mueve más dinero que el cine, pero que en España alcanza niveles tercermundistas por la falta de inversores (que prefieren el ladrillo) y de cultura en general (los medios de comunicación no dejan pasar una para demonizar a su principal fuente de fuga de público joven y no tan joven). O que los "talentos patrios" se suelen largar afuera (Noruega, Singapur, EE.UU. o Londres, por no irse tan lejos) a países donde las empresas los valoren (y puedan pagarles) como se merecen, con el apoyo de sus respectivos estados.

Pero bueno. Un pequeño pasito más, en esta búsqueda continua de la Felicidad, que aparece de forma secundaria cuando el resto del Universo, durante algunos instantes, encaja... como una pieza de tetris :D

P.D.: ¡Se me olvidaba! He abierto otro blog en el que iré plasmando las venturas y desventuras de esta nueva etapa :) La dirección, ahí al lado, a la derecha: Éste no es el juego que estáis buscando. Original, ¿eh?

4.7.07

Cruzando en rojo (A veces pasan cosas)

Hace algún tiempo que me lo planteé, pero estoy vago con los cálculos. A ver esos matemáticos:
Sabiendo la teoría básica del efecto doppler, ¿a qué velocidad tendría que acercarme a un semáforo para que, cuando su foco rojo esté encendido, yo lo vea verde y, por tanto, pueda pasar legalmente?

Nota: legalmente sin tener en cuenta la velocidad máxima permitida, claro. Supongamos que uso el DeLorean.

14.6.07

El poder de tu voz (Esta mañana me he levantado...)

Una excepcional campaña de Amnistía Internacional:

13.6.07

¿Soñaré, Dave? (A veces pasan cosas)

Inteligencia Artificial. El sueño de crear máquinas que piensen como humanos. Algunos pronostican que eso ocurrirá antes de cincuenta años, y otros sugieren que es un problema estructural e imposible de resolver matemáticamente con las arquitecturas de hoy en día. Pero unos y otros sueñan con el momento en el que una máquina cobre autoconsciencia y sea capaz de llevar a cabo inteligentemente todos esos trabajos de nuestra vida cotidiana que no queremos hacer. Todos esos trabajos, en definitiva.

Pero toda esa gente se olvida de algo esencial: si conseguimos una inteligencia que piense como nosotros, ella tampoco querrá trabajar. Quizá piense en implementar un sistema inteligente que trabaje por ella. Pero, si lo logra, tampoco querrá trabajar. Y así, sucesivamente...

¿Para qué queremos una inteligencia artificial que sea comparable a la nuestra? ¡Si no paramos de equivocarnos y meter la pata! Pero si hacemos una que sea menor, será demasiado tonta. Y, si conseguimos una que se a mayor... entonces apostaría a que nosotros terminamos trabajando para ella.

En fin, que me voy a dormir. ¿Soñaré? ¿Con búhos eléctricos?

9.6.07

Tolonterías hijo, tolonterías (Esta mañana me he levantado...)

Trobades de bandes locals de música a la Plana Baixa (Encuentros de bandas locales de música en la Plana Baja). Podría sonar divertido, y de hecho suele ser fantástico reencontrarte con gentuza que has ido conociendo a lo largo de tu vida en las muchas asignaturas musicales que has cursado. O gente con la que has compartido algún rato de charanga por algún pueblo perdido de esta u otra provincia.

Lo mismo tiene. El caso es que, a diferencia de otras comarcas (incluso vecinas), aquí parece que nos lo montamos de pena. Las bandas no recibimos incentivos suficientes para acudir a estos actos (habida cuenta de que los músicos locales no suelen ser profesionales, lo hacen por amor al arte dejando en muchas ocasiones tiempo de ocio, familia y/o trabajo para acudir a ensayos y actos). Todo el embolado se orquesta (nunca mejor dicho) alrededor de algún político de turno que quiere hacerse la foto, y que aprovecha para soltar un discurso al que (¡por favor! ¿realmente NO se han dado cuenta aún?) ninguno de los asistentes atiende. Eso en el supuesto de que el equipo de megafonía sea suficientemente bueno como para que de verdad se entienda algo de lo que dice.

Pero da igual. En otros lugares, a las bandas asistentes regalan instrumentos (aunque sean de bajo coste y dudosa calidad) para quien lo necesite o los educandos. O reciben subvenciones bastante decentes. Aquí tienes suerte si te puedes marchar con un bocadillo, mientras miras el fiscorno de cuarta mano, a punto de desvencijarse, que llevas tocando como diez años (y ya era de cuarta mano cuando se lo regalaron a la banda) y está más sordo que un gato de escayola (son sordos además de ciegos, los pobres). Normal que pocas bandas acudan (y las que acuden, acuden a medias, con el sentimiento de estar haciendo el tonto). Algún año hemos tenido que hacer una banda entre tres restos de ellas para poder tener "casi" todos los instrumentos necesarios.

En fin... el amor al arte está bien, pero no repara los instrumentos.

Lalala(la, esta última dicha una tercera mayor descendente)

4.6.07

Los libros y yo (A veces pasan cosas)

He visto esta entrada de Naturaleza Urbana y no me he podido contener. Mi relación con los libros es demasiado profunda como para denegarles una entrada-homenaje, así que casi que voy a recoger punto por punto lo que comentaban en la otra entrada, y lo voy a adaptar a mi propia situación:

No sólo presto mis libros, sino que olvido a quién. He perdido algunos libros de esta forma tan tonta. Pero como no recuerdo cuáles, tampoco tengo un sentimiento de pérdida importante.

A veces doblo (y varias veces) las esquinas de las hojas para usarlo como marcapáginas. Y me encantaría tener siempre un subrayador a mano para quedarme con las frases que más me gustan, pero nunca tengo la memoria ni el valor suficiente... Pero me gusta ver lo que otros sí han anotado en otros libros.

No llevo ningún orden en ellos, más que el puramente cronológico (ahora con el retraso que llevo, los más antiguos por leer son los de más abajo de La Pila™). En ocasiones, si me dejan alguno "de urgencia", lo priorizo. Y me resulta imposible releerlos (a menos que no recuerde haberlos leído antes); tengo una extraña sensación de "aún hay demasiados libros por leer como para usar tu tiempo repitiendo títulos".

Me dan mucha rabia los libros con contraportadas de papel que se me acaban rompiendo, pero a la vez me encanta ver qué llevan debajo, en las tapas duras.

Ante un best seller y un clásico, me quedo con los dos (si llevo suficiente dinero encima). La sección de libros es la más dolorosa para mí, y trato de evitarla en la medida de lo posible.

Si hay una película y un "libro de la película", suelo pasar del libro de la película. Si hay un libro y una "película del libro", suelo devorar ambas cosas (y, por lo general, salir despagado de la película).

No le hago ascos a nada: novelas, poesía, teatro, ensayo... todo lo que cae en mis manos lo leo, incluso la publicidad y el contenido de los botes de champú (sobre todo, eso) ;)

Son pocos los libros que se me han resistido. Si no me dicen nada, no siento reparos en dejarlo. Pero si es de los que "hay que leer" (como Los Pilares de la Tierra, por ejemplo, el único que se me resiste de esta categoría), lo dejo aparcado para otro momento. Algunos libros tienen un momento para ser leídos, así que supongo que aún no ha llegado el suyo.

No tengo suficiente memoria para tener listas negras de autores. Pero sí tengo listas blancas, y me pone muy contento reconocer, a mitad de un libro, que éste era de ese autor que tanto me gustó en aquél otro libro.

Me gusta tener libros firmados por autores que conozco. Aunque sus firmas suelen ser ilegibles. Menos mal que los procesadores de texto tienen buenas tipografías...

Al igual que la autora a la que estoy plagiando, soy capaz de perder la noción del tiempo leyendo. Mi récord son 12 horas leyendo (Fundación y Tierra) sin más de media hora de interrupciones en total (ir al baño, comer y cenar), y al terminar entrarme un bajón tremendo por lo bonito y a la vez triste de esa historia. Ains...

Muchas veces mis padres han pasado por delante de mi habitación a la 1, las 2, las 4, las 6 de la mañana, y me han preguntado si no podría dejar el libro para el día siguiente (Caballo de Troya, por ejemplo). La verdad es que no, no podía. El sueño desaparece y sólo existe el "faltan X páginas para el final. Sigue, sigue, sigue".

Soy capaz de leer de pie, acostado, tumbado, sentado y caminando. Ahora sólo me falta ser capaz de repeler los obstáculos. Entiendo perfectamente a Turing, pero al menos un servidor se deja los libros a la hora de conducir...

Me gusta desternillarme de risa con obras de teatro pensadas para ser puestas en escena por niños de colegio. Las hay tremendamente divertidas.

En la poesía, me pueden los poemas con estructura cíclica y los que huyen de la literariedad, con un sentido desenfadado y casi tosco de la vida. Por ejemplo, Benedetti. Un, dos tres, responda otra vez.

Podría tener empezados varios libros a la vez, pero me siento incapaz de hacerlo. Para mí, sería como estar saliendo con dos chicas a la vez, o algo así. Necesito prestarle toda la atención posible al libro que tenga entre manos. Y como leo rápido, pues el otro tampoco tendrá que esperar mucho...

De todas formas, también coincido en que ahora es un poco más difícil, pero solía terminar los libros en un sólo día o dos como mucho, o incluso algunas horas. Mi ritmo de lectura es de unas 60 páginas por hora.

Aprendí a leer solo. La profesora de párvulos les preguntó a mis padres si me estaban enseñando a leer ellos, porque iba muy avanzado en eso en clase. Pero yo me encerraba por las noches, sacaba la cartilla y me enfrascaba con las aventuras de Micho.

Ale, creo que ya me he quedado a gusto. ¡Siguiente!