30.7.05

Flor de jazmín (Esta mañana me he levantado...)

Hay bastante que contar, y no todo bueno. Supongo que se me olvidarán muchas cosas de las que he venido pensando, y es una lástima, porque todo merecía estar aquí.
Acabo de llegar, y mi perra se ha alegrado muchísimo de verme. Ahora mismo está tumbada en el suelo a mis pies. Es bonito importarle a "alguien" tanto.
Diez minutos antes, bajaba del tren al llegar al pueblo, y he cogido una flor de un jazmín que hace esquina en una calle cercana a la estación. En realidad, me he sentido mal por arrancarla. Podría haber cogido alguna del suelo, sin necesidad de dañar a la planta. Me he consolado pensando que de todas formas se iba a caer, y que sólo le he adelantado el momento, pero el motivo egoísta de que su perfume me acompañara de camino a casa me ha seguido remordiendo.
Durante el trayecto en tren, he venido leyendo "Crónicas Marcianas", de Ray Bradbury. Aún no lo he terminado, pero me está haciendo pensar, y mucho, acerca de cómo somos los humanos, lo poco que cambia la especie, o cómo siento mi propio planeta. Un buen libro que espero terminar pronto.
No tenía por qué haber cogido ese tren. No todos los días te lleva al tren uno de tus ídolos musicales, que resulta ser más fascinante al natural de lo que conocías de él por otros medios. Tampoco todos los días te cuelas en la Campus Party para saludar a algunos conocidos que estaban allí, y con quienes te habría gustado pasar más tiempo, o te cuentan que han ido sin ordenador para tomarse un descanso de ellos. Algo tan incongruente que sólo se me ocurre que alguna vez tengo que probarlo. Podría haberme quedado con ellos, con esa gente y con cinco mil quinientas personas más, pero mi perra estaba esperando sola en casa, y había quedado con mis padres que me encargaría de ella, que no era necesario que se la llevaran de viaje.
También sé que es una excusa, porque podría haber llamado a algún familiar con llave para que le pusiera más agua y jugara con ella un rato, y yo no habría tenido que volver para pasar la noche completamente solo.
Cuando pasas una tarde con personas excepcionales, tu vida cambia. Cambia tu percepción de las cosas, te da rabia que gente a la que consideras genial vaya a pasarse la vida en la sombra, sin destacar, porque nuestro mundo más cercano está configurado de una forma muy extraña. Algunos se destrozarán la vida de las formas más tontas, mientras que otros ineptos triunfarán sin tener más mérito que estar por error en el lugar apropiado, en el momento oportuno.
Pero lo pasas bien con ellos, algunos te hacen favores que no te esperabas, o te sientes con ellos mejor de lo que te pudieras sentir con gente con la que llevas casi toda la vida viviendo. Quizá conocerlos más sería fastidiarla, y sea mejor que todo sea tan esporádico.
Cuando he salido de casa esta mañana, sentía que iba a ser un día especial; ya comenzaba cambiando a última hora de planes, decidiendo tomar el tren en lugar de ir en coche, aún a sabiendas de que eso suponía ceñirme a un horario que no sabía si iba a poder cumplir, y que iba a llevarme bastante estresado todo el día. Sabía que cuando volviera, me sentiría algo triste, que dejaría atrás algunas cosas, que evolucionaría un pasito más.

La flor de jazmín se marchita. Sé que saldrán flores nuevas, pero no tendría que haberla arrancado. Agradezco a la planta que su castigo a mi acto haya sido perfumar mis manos y hacerme pensar que tal vez nuestra especie no debería haber existido nunca, y que me gustaría ser una simple flor de jazmín.

24.7.05

El centro del Universo

No se encontraba a gusto recibiendo tantas atenciones por su parte. «¿Tu universo entero gira en torno a mí?» le preguntó.
La otra persona se rascó la cabeza y pensó durante unos segundos. «Que "mi universo entero gire en torno a ti" suena enfermizo y obsesivo, y por tu parte también un poco megalómano. Pero sí, así es. Eres el centro de mi universo.»
Visto que no tenía remedio, desvió la conversación hacia otros derroteros.

18.7.05

Brisa (Esta mañana me he levantado...)

El sol por fin se esconde detrás del piso que adorna la vista desde mi ventana. Las figuras que los últimos rayos de luz dibuja al pasar por los hoyuelos de la persiana resultan reconfortantes y curiosas. No los ves moverse, pero sabes que lo hacen, a un ritmo lentísimo, subiendo por la puerta del ropero.
La silla en la que llevas toda la tarde sentado comienza a resultar incómoda: la toalla que tiene por encima está humedecida por el sudor de una sobremesa expuesto al sol directo, con dos ordenadores rodeándote. Así que decides tumbarte un poco en la cama.
Cierras los ojos, viendo las luces que dibujan en el ropero entre tus pestañas. Sientes el tacto frío de las sábanas bajo tu espalda. Respiras la brisa fresca que empieza a inundar tímidamente tu habitación. Escuchas un canario canturreando, probablemente dese la jaula del vecino.
Sientes una punzada de tristeza al pensar que el precio por renunciar a la Naturaleza es condenar pedacitos de ella a coexistir forzadamente en nuestros hogares. Luego la tristeza pasa. Es un cantar bonito, que aunque tenga como fondo la sempiterna contaminación acústica de la carretera, te recuerda a las mañanas completamente silenciosas del pueblo de tu infancia.
Allí el silencio es real. Incluso puede llegar a ser desquiciante no escuchar absolutamente nada. Creer por un instante que te has quedado sordo, y que sea el latido de tu corazón quien te desengañe. Escuchar el eco de las golondrinas surcando un cielo limpio y fresco, sus melodías imposibles...

13.7.05

Lo que tú sientes se llama obsesión (A veces pasan cosas)

El protagonista pierde a la chica. Pasa el tiempo absorto, la vista perdida en el infinito, pensando en ella. De fondo suena "Fragile Heart" de Westlife, o "Too Much Love Will Kill You" (si de verdad tengo que decir de quién es ésta, deja de leer). No se la quita de la cabeza ni un segundo. Todo lo que él quería era darle esa felicidad que tanto merecía ella y que nunca tuvo.
Le envía una carta, le hace un regalo, le envía mensajes deseándole dulces sueños mientras mira apesadumbrado a la impasible luna y se pregunta qué estará haciendo ella, con quién estará, en qué pensará, si se acordará de él un solo microsegundo a lo largo del día o de la noche...
Mientras, ella es lo primero en lo que piensa cuando se levanta, lo último antes de acostarse, el día es un mosaico de recuerdos suyos y en la noche sus sueños le traicionan haciéndole creer que aún están juntos. Llora por ella, deja el teléfono tras cada intento que hace por llamarla para tratar de recuperarla, pierde el apetito, sufre crisis de ansiedad por el fuertísimo sentimiento de pérdida.

La espectadora, desde el sofá, suspira por el protagonista. "Ojalá hubiera gente tan entregada por una en la realidad", piensa mientras quizás mire de reojo a su novio, visiblemente más preocupado por mantener su pole en ese juego para videoconsola al que está jugando en la habitación de al lado. Por un instante se siente sola y tiene una punzada de pánico al presentir que si eso ocurre con el poco tiempo que llevan, qué pasará dentro de diez años, cuando sus caras demacradas se crucen en la rutina de la vida.

Pulso el botón de pausa de esta historia, me rasco un poco por encima de la oreja y recapacito. La espectadora quizá no sepa que ahí fuera el mundo está lleno de personas que se aproximan mucho a este comportamiento, o que incluso lo dejan a la altura del betún, superando la ficción con sus actitudes desquiciadas por el desamor.
La espectadora quizá no sepa que en la vida real lo más probable es que si alguien se comportara de esa forma con ella, lo primero que haría sería obtener una orden policial de alejamiento. Nada de música romántica, la banda sonora del mundo real sería más bien como "Smoke On The Water", de Deep Purple. Ella no sólo no le dará la oportunidad que pide, sino que le tendrá miedo, se apartará de él.
Está loco. Se pondrá en el móvil el tono de espera de "Obsesión" para que, cuando él vuelva a llamarle, se vea forzado a recibir ese "mensaje subliminal". Quizás de esa forma la deje en paz de una maldita vez. Pensará de él que parece mentira que sobrepase la treintena, llorando como un adolescente, implorando su cariño. Cortará todo contacto con él, no le devolverá mensajes ni correos, le eliminará de la lista de su programa de mensajería instantánea y les dirá a sus amigos y familiares que, si pregunta por ella, le digan cualquier bola para que no la agobie. Le echará de su vida a patadas.

Pulsemos el play. La película continúa, al final la protagonista recapacita (en base a que la historia que había comenzado con otro, que era un auténtico inepto, se ha ido al garete, por supuesto) y en una emotiva escena final, le da magnánimamente otra oportunidad justo cuando él iba a saltar de una terraza.
En la vida real, acaba siendo más o menos igual de melodramático. El novio ha acabado la partida, le dice que se va a tomar algo con los amigotes y le da un beso en la mejilla más rápido y flojo que el que le daría su hermano pequeño al volver del colegio. El otro tipo, si lo hay, sigue tramando alguna sorpresa que pueda hacerla un poquito más feliz. En el fondo sabe que ella le toma por alguien que no la ama, que sólo se ha obsesionado por ella. "Ya encontrarás a otra", puede que le haya dicho alguna vez. Y no puede hacer nada para demostrar que se equivoca, porque el amor sin medida es pura obsesión. Sólo suspirar.

10.7.05

Autistas

Condenada a mis brazos,
nenúfar de piel lechosa que ha de morir,
si tuvieras que elegir, dime,
entre un eclipse sangrante de luna
y un arcoiris en el ocaso
qué escoges como dote de nupcias.

Princesa de la noche,
señora de mis tristes días,
¿me permitirías soñar con tus ojos
y matar así mi pena
si a cambio yo te diera
la luz de la luna llena?

7.7.05

D-M (Esta mañana me he levantado...)

A este paso se van a copar todos los días de todos los meses con tanta barbarie.
Mis bonitos recuerdos de Londres vayan con las víctimas. Paz para ellas y sus familias, pero sobre todo para sus asesinos...

6.7.05

Crossblogging (Esta mañana me he levantado...)

Acabo de leerlo y me ha cautivado:

Ni de noche ni de día

Qué grande eres, Ana ;)

2.7.05

Duelo al amanecer (Esta noche aún no me he acostado...)

Después de verlo muchas veces en algunas películas, creo que hoy por fin he entendido el significado de ese duelo al alba por el amor de una mujer: tanto tenerla, como morir si no es posible, son las dos alternativas preferibles en la vida de todo romántico que se precie.
Comenzar el día sabiéndote The One o no comenzar el día, ningún día, nunca más. Total, para qué va a querer más tiempo un infeliz.

Me pregunto a quién elegiría de padrino, y qué arma preferiría.
Buenas... ¿noches?