30.4.05

Bien (A veces pasan cosas)

La respuesta "Bien" a la pregunta "¿Cómo estás?" es, probablemente, la mayor lacra de la sociedad. Sobre todo para quienes quieren saber en serio el estado anímico y físico de una persona, para los que no es un mero uso protocolario.
Responder "Bien" a quien espera un "informe" más o menos detallado del asunto debería estar penado como mínimo con dieciocho años de cárcel. A menos, claro, que realmente sólo estés bien. Esto es, que físicamente no tengas molestias, aunque tampoco te encuentres en un estado tremendamente bueno, y que además a nivel anímico no haya ningún problema que nuble tu horizonte y a la vez la vida tampoco sea cuesta abajo. ¿Realmente éste es tu estado? Enhorabuena, puedes considerarte un ser despegado de las leyes de la termodinámica.
Si no estás bien pero no te apetece extenderte acerca de tu estado, ¿por qué no respondes "no me apetece hablar de cómo estoy"?
O, si estás muy bien, ¿por qué no respondes "estupendamente, las cosas van a pedir de boca"?
Decir "Bien" hoy en día contiene la misma información que si respondieras "Alcachofa" o "Ziritione": cero.
Claro, luego resulta que si alguien te pregunta "¿Cómo estás?" y tú le respondes cómo estás, quedas como el tío raro. Pues si no te interesaba, no haber preguntado, joder.

Construyamos un mundo fácil, con menos protocolos absurdos y más sinceridad: consideremos la respuesta "bien" como inválida.

29.4.05

Viendo el amor (Esta mañana me he levantado...)

Rubia y con los ojos castaños, ligeramente más alta que él. Moreno y con barbita de un par de días, y su mano en la espalda de ella.
A veces era la nariz de él la que se dirigía hacia la oreja de ella, resbalando por su mejilla hasta alcanzar su cuello. Otras eran los labios de ella, que aterrizaban sobre el hombro de él y se acercaban hasta la base del cuello.
A veces hablaban, no sé de qué, con sonrisas y caras serias y provocativas; pero hablaran o no hablaran, lo increíblemente impresionante eran sus miradas: buscaban los ojos del otro, se clavaban en lo más profundo de sus almas, y estaban perfectamente allí.
Luego se besaban, o se abrazaban, o seguían con sus juegos de caricias suaves. O seguían bailando, conectados por la mirada.
Qué sencillo, y qué hermoso. Era bonito verlos queriéndose así, sin más, sin tapujos.

27.4.05

Salvando el mundo (Esta mañana me he levantado...)

Esta mañana me he levantado y, al igual que me viene pasando de un tiempo a esta parte, me despierto desganado y triste, con el "One year of love" de Queen metido en la cabeza.
No entiendo por qué precisamente esa canción, si no pienso ni en Queen ni en antiguos amoríos ni nada que pueda tener relación. Parece como si mi playlist interna tuviera esa canción al principio al cargarse el reproductor.
La pequeña espiral áurea del día sigue su curso habitual: si yo creía que estaba mal, el resto está igual o peor; son pocos los agraciados que ni siquiera se dan cuenta de que no tienen demasiados problemas, igual que el resto no se da cuenta de que hay aire que puede respirar.
Comienza la tarea diaria de salvar el mundo. A veces solo, otras veces en compañía de algunos fieles compañeros sin los cuales los problemas a batir nos machacarían a todos. Jaleos con amores, jaleos con patentes, jaleos con amores, jaleos con programas, jaleos con amores... puedo con algunos, pierdo batallas con otros (¡pero no la guerra!) y el final queda abierto en la mayoría. Habrá otros días para tratar de detener lo inevitable.
Al final llego a casa. Desganado y triste. Todavía queda tiempo para lidiar contra los problemas de otros por mensajería instantánea. «No me explico cómo puedes no tener novia» (vaya, al menos una superheroína me da un respiro, eso sí que es saber animarle a uno). De fondo a veces suena Queen, pero nunca la canción fatídica.
Después desaparecen todos. El silencio, la soledad, Otis Redding y Snoopy dándole un protector abrazo al pequeño pajarillo (que resulta ser un tocayo) me acompañan mientras escribo algo parecido a la crónica de todos los días de un tiempo a esta parte, de las últimas volutas fractales de la espiral áurea.
Quizás me tendría que preocupar por si alguien desvela mi verdadera identidad, pero afortunadamente llevo puestas las gafas. Así nadie me reconoce cuando estoy entre ellos.
Sólo me pregunto: ¿dónde estás, Snoopy?

25.4.05

27-A

Cierra los ojos.
Imagina por un momento que te ponen una camisa de fuerza y una mordaza. Imagina que no puedes hacer nada sin sufrir importantes represalias. Imagina que vives bajo el miedo. Imagina un mundo estancado en el presente. Imagina que en lugar de caminar, la gente te pone y se pone continuamente zancadillas. Imagina que no puedes imaginar. Imagina que no puedes compartir la imaginación de otras personas.
Abre los ojos.
Échale un vistazo a la conferencia "El Problema de las Patentes de Software"

Te esperamos el 27.

Movilización contra las Patentes de Software en las Universidades Españolas: ¡únete!

27 de abril: di NO a las patentes de software



Más información

No dejéis de firmar en: http://petition.eurolinux.org/index_html

13.4.05

¡No a la donación de órganos! (Yamaha) (Esta mañana me he levantado...)

Como pianista "afisionao" que soy, siempre me ha gustado ese chiste (del estilo de "Es malo ser ciego, pero peor sería ser negro." Stevie Wonder ).
Hace tiempo que me vengo planteando lo de la donación (bueno, más que planteando, que lo tengo decidido pero por la más pura vagancia suprema no he rellenado el folleto que tengo por encima de la mesa -o tenía, ahora que lo busco resulta que ya lo he perdido-).
El caso es que me he cruzado con el post de Natxo sobre el tema, y he ido a rellenar el formulario para la asociación de Euskadi (ya que en vida no me puedo permitir el lujo, por qué no permitir que mi riñón izquierdo se dé el gustazo?). Me ha parecido muy fácil y sencillo para que tengan esos datos y que te envíen el carnet a casa, pero... la dirección está mal, y no lo he podido enviar.
La verdad es que preferiría hacer "open source" mis tripas a alguna asociación más cercana, por aquello de que un día de estos Claver me mata de un disgusto y si está cerca el destino, seguro que llegan en mejor estado y puede que le toque en suerte a algún conocido (espero que no se tenga que dar el caso). Como soy abstemio, debo de tener un par de buenos riñones y un hígado listos para maltratar. Por la trompeta, los pulmones serán de primera clase. Las córneas... bueno, tengo los ojos bonitos (o eso dicen), pero algo defectuosos, no sé si podrían sacar algo de eso. La médula, si no se me ha secado de tanta bricomanía, creo que estará bien. De páncreas de ése creo que no uso yo, soy agnóstico.
Y con lo que sobre, no sé por qué parece que a uno no pueden enterrarlo donde quiera, con la ilusión que me haría a mí que me dejaran cerca de algún árbol en las montañas, sin caja ni nada. ¡Los bichejos también tienen derecho! Siempre me ha parecido mucho mejor volver así a la Naturaleza que convertirte en polvo dentro de una caja dentro de una colmena de cemento...
Pues eso, si ya no lo váis a usar, ¿para qué lo queréis?

Menuda entrada más necrológica me ha quedado ^_^

Divergencias (A veces pasan cosas)

A veces pasan cosas. Otras veces pasan muchas cosas.
Sin embargo, de normal, no nos solemos dar cuenta de ello. Tal vez sólo cuando alguien nos llama la atención sobre algo que ha cambiado (o algo que permanece igual) es cuando reparamos sobre ese cambio, pero sin demasiada emoción.
Ha quedado un poco abstracto. Vayamos a algo más concreto.
A los 23 años, no son pocos los conocidos o amigos que piensan que dentro de uno, dos, cinco, diez años seguirán de copas con los mismos colegas, saliendo los fines de semana y pasándoselo bien. Que creen que seguirán con pareja, o que seguirán solteros. Parece que no estamos diseñados para pensar en 4D (y por eso frenamos el coche cuando en un paso de cebra distante está pasando alguien que seguro que ya habría terminado de pasar cuando llegáramos a esa altura, incluso si aceleráramos).
Todo está cambiando constantemente. No es nada nuevo. Como decía alguien probablemente muy ocioso, nada permanece excepto el cambio. Gente con la que hoy te codeas, mañana puede estar sacándote las tripas. Gente que hoy te saca las tripas, puede ser tu mejor aliado.
Aún sabiendo estas cosas, hay gente que sigue pensando que siempre va a tener a sus amigos (es curioso, siempre lo piensan de los actuales) al lado para ir a tomar algo. Habría que pararse a pensar en la proporción de gente de la escuela que se encontró en el instituto, de gente del instituto que se encontró en la carrera, de gente de la carrera que se encontrará en el trabajo, de gente del trabajo que se encontrará en la vida.
Llega un momento (o varios) en la vida de la gente en la que se conecta el "instinto golondrina" de comenzar a hacer un nido con la pareja, separándose de la bandada con la que ha viajado hasta entonces para encontrar el mejor lugar donde continuar con el ciclo de la vida. Sólo el azar determinará si la ventana o el tejado donde se resguarda queda cerca de la de las compañeras de viaje.
Mucha gente también piensa "aún soy joven, no hay prisa, voy a seguir disfrutando de los amigos". Puede que no tengan presente que a sus amigos, tarde o temprano les va a entrar también el "instinto golondrina" e irán poco a poco derivando más parte de su tiempo a las cosas relacionadas con su pareja. Puede que no tengan presente tampoco que las ventanas y los tejados se van cubriendo poco a poco de nidos. Puede que no vean que la bandada se dispersa, porque pasa poco a poco.
Y sólo cuando alguien les diga, tal vez algún tiempo después "¿Te has fijado en que sólo quedamos nosotros tres del grupo?", se dé realmente cuenta de algo que ha estado cambiando todo el tiempo, poquito a poquito, subrepticiamente.
Tal vez ya no seas tan joven. Tal vez te entre entonces el "instinto golondrina" y no tengas con quién.
Pero sólo tal vez. Lo bueno es que, aunque pase, normalmente será tan lento que siempre percibirás ese estado como "lo normal".
O no.

5.4.05

Bang, bang, bang, bang.

Había cerrado todas las ventanas en el ordenador, pero su dedo continuaba picando sobre el ratón en el lugar donde instantes antes había estado la "X". No se había dado cuenta, en realidad no estaba allí. Hacía un rato que no.
Tenía clase en diez minutos, pero acababa de decidir que necesitaba vacaciones. Le dolía intensamente la cabeza. Nada salía bien, y ya contaba con eso, pero aún así le dolía que todos sus esfuerzos por mejorar, por ayudar a los demás, a lo largo de toda su vida, hubieran tenido siempre el mismo recibimiento. Sentía como si se hubieran equivocado en su educación desde el principio. Nada de compartir, nada de ayudar, nada de mejorar, tú ve a tu puta bola y el resto que se pudra donde pueda. Así funcionan hoy las cosas, o eso dicen.
Tenía la vista clavada en el infinito cuando salió del aula, mirando muy meticulosamente cada detalle de la nada. Bajó la rampa sin mirar atrás, con la sensación de que si lo hacía, tres o cuatro familias echarían en falta a alguien aquella noche.
Cuando fuerzas demasiado la dinamita, suda nitroglicerina. Si la sigues forzando, estalla.
Contó hasta diez. Tres veces. Respiró. Estaría mejor en casa.
De todos los lugares en los que no le apetecía estar, su casa era el que menos le repelía.
No tuvo demasiada consciencia del viaje. Sólo recordaba el número 170 (probablemente la velocidad), el número 3 (las ocasiones en las que podría haberse dejado la piel), y que había olvidado totalmente ponerse las gafas.
Seguía teniendo la mirada en el infinito. El móvil le avisó de que su batería tenía mejores planes para el resto de la tarde. Estuvo de acuerdo con su batería, unas buenas vacaciones de una tarde era lo que más necesitaba en ese momento. Tampoco creía que le fuera a necesitar nadie. Tal vez la gente a la que siempre parecía arrastrar en su caída, pero hasta ellos estarían mejor sin él.
Le seguía doliendo la cabeza. "Un mal día", pensó. En seguida, rectificó: "Una mala vida". Tal vez algún día le viniera bien recordar dónde estaban sus límites, a partir de dónde dejaba de ser él, cuándo perdía el control. Cómo pensaba su Lado Oscuro, del que tanto asco y miedo tenía.
Abrió una ventana. Necesitaba un título que le resumiera la presión, el odio que sentía hacia la gente que le condenaba en juicios desiguales, el estallido del mundo en miles de pedazos. Comenzó a escribir: "Bang, bang, bang, bang."

Someone exactly like you (Esta mañana me he levantado...)

Termina Bridget Jones, besándose medio en cueros con su chico en mitad de la acera mientras nieva. (<- Ojo con el spoiler) Y mientras tanto, suena una canción que tantas veces he oído de la mano (o de la garganta) de Van Morrison. Mis mejores deseos para los que encuentran a alguien que es exactamente como esa persona:

Someone Like You

I've been searching a long time
For someone exactly like you
I've been travelling all around the world
Waiting for you to come through.
Someone like you makes it
All worth while
Someone like you keeps
Me satisfied. someone exactly
Like you.

I've been travellin' a hard road
Lookin' for someone exactly like you
I've been carryin' my heavy load
Waiting for the light to come
Shining through.
Someone like you makes it
All worth while
Someone like you keeps
Me satisfied. someone exactly
Like you.

I've been doin' some soul searching
To find out where you're at
I've been up and down the highway
In all kinds of foreign lands
Someone like you makes it
All worth while
Someone like you keeps
Me satisfied. someone exactly
Like you.

I've been all around the world
Marching to the beat of a different
Drum.
But just lately I have
Realised
The best is yet to come.
Someone like you makes it
All worth while
Someone like you keeps
Me satisfied. someone exactly
Like you.

4.4.05

Sueños (A veces pasan cosas)

Me parece irritante cómo tener un tipo de sueño u otro puede condicionarte el estado de ánimo para el resto del día (o incluso de varios días).
Hoy sueño que hay problemas, que todo va mal, una pesadilla. Me despierto y compruebo que la realidad, en ciertos aspectos, es incluso peor. Me hundo.
Hoy sueño que todo va perfectamente, que las personas que más me importan están genial y, lo que me gusta más, están cerca y tratando de que yo esté también genial. Me despierto y compruebo que la realidad, en todos los aspectos, es mucho peor. Me hundo.
Dan ganas de conseguir de alguna forma quedarse a vivir en esos sueños en los que todo va bien. Mucha gente pensará que los sueños no son reales, no estás viviendo la vida real. Sin embargo, para mí, desde el momento en que pueden hacerte sufrir, pueden hacerte llorar, pueden hacerte tener miedo, pueden hacerte sonreír y pueden hacerte gozar y estar feliz, pierde ese calificativo de "irreal". Esos sentimientos son de verdad. Tal vez los estés teniendo de forma ajena al mundo que se desenvuelve a tu alrededor mientras estás despierto, pero influyen en él lo mismo que él influye en esos sueños.
Así pues, ¿qué tendría de malo, digamos, quedarse en un estado permanente de sueño, con el cuerpo conectado a máquinas que le suministraran el alimento correspondiente? Seguramente duraría mucho menos que una persona "normal", pero hoy en día se confunde mucho el vivir más con vivir mejor. ¿Acaso se puede vivir mejor un año triste que diez minutos en los brazos de la persona a quien quieres? ¿Acaso es vida lo que estamos "acostumbrados" a vivir día tras día?
Esto suena mucho a Matrix.
No sé, tal vez no se pueda ser feliz algún día sin haber sido infeliz en otros tiempos, igual que para que haya día hace falta que exista la noche. Tal vez merezca la pena pasarlo mal.
Pero también tal vez no, y quizás lo mejor de nuestra vida esté pasando en los sueños que subestimamos y olvidamos.
El tiempo lo dirá. A veces, sólo a veces, la realidad puede ser mejor que los sueños.
De todas formas, me parece irritante cómo tener un tipo de sueño u otro puede condicionarte el estado de ánimo para el resto del día (o incluso de varios días).

3.4.05

Desayuno (II) (Esta mañana me he levantado...)

Barra de pan con tomate refregado y queso fundido por el calor de tres buenos trozos de lomo de cerdo, dos vasos de refresco y medio de vino tinto.
Cuando se está de servicio no se puede andar uno con tonterías.