29.3.05

Soluciones (A veces pasan cosas)

La mayor parte de la vida transcurre entre problema y problema, y tiro porque me toca. Desde niños nos vemos superados por obstáculos a los que nos tenemos que imponer para avanzar, o si no lo conseguimos, pasar un rato mal para acabar superándolo. Esto va a ser la tónica dominante durante el resto de nuestras vidas.
Cuanto más crecemos, más crece también la "gravedad" y el alcance del problema. Forma algo así como una campana de Gauss, que comienza a decrecer cuando los problemas, aunque puede que sean incluso más graves, ya se escapan a nuestra resolución, y sólo nos queda resignarnos y esperar que otros nos ayuden, si tal ayuda es posible.
La realidad existe para cada uno de nosotros como la forma en la que nosotros la vemos; depende de nuestro estado físico, de nuestro estado de ánimo, de la gente que nos rodea, de muchas cosas. Pero siempre lo vemos todo en primera persona. Nuestros problemas siempre son los más acuciantes, los más terribles.
Hoy en día es difícil meterse en la piel de otra persona, el ser la otra persona para sentir cómo siente esa persona sus problemas. Normalmente a lo más a lo que llegamos es a saber qué haríamos nosotros en esa situación. Y, claro, las soluciones que encontramos a veces nos resultan tan fáciles, tan obvias, que pensamos que la otra persona sólo tendría que hacer esto, eso y aquello para solventar su problema.
La realidad es mucho más complicada. Hay varios estratos de capas en el asunto de las soluciones. Una buena solución puede parecer algo indeseable a la hora de pensarlo. Por ejemplo, pensar en estudiar ahora para un examen que hay dentro de tres meses parece algo evitable. Aún falta tiempo, para qué amargarse tan pronto. Ocurre como con el tabaco, hoy nunca parece un buen día para dejar de fumar. El futuro parece un lugar mejor para tomar las decisiones.
Aquí hablo de una solución en el sentido de solución real, algo que realmente hace desaparecer el problema (y surgir otros nuevos, desde luego, pero ése en concreto desaparece). También es más fácil buscar una solución "local" al problema, un parche para subsanar una situación durante un tiempo, aunque sepas que la causa del problema no desaparece, y que éste va a mostrar sus repercusiones de nuevo más adelante: un fumador puede convencerse a sí mismo de que cuando tal partido político pierda las elecciones autonómicas dejará de fumar, sentirse bien consigo mismo y seguir fumando. Lo único que cambia es su percepción de la realidad, el problema sigue estando ahí, el futuro llegará algún día, y puede que ese día las cosas todavía se hayan complicado más.
Puede que el día antes del examen decidas que ya va siendo hora de empezar a estudiar.
Puede que para cuando no tengas más remedio que tomar una decisión que sospechabas que tenías que tomar, todas las ventajas de haberla tomado en su momento hayan desaparecido, y sólo quede la parte negativa.
También puede que la realidad haya cambiado, y el problema se haya disuelto por sí mismo. A veces pasa. A veces pasan cosas. Enhorabuena a los premiados.

En otra vida (Esta mañana me he levantado...)

El grupo Doctor Divago tiene una canción estupenda titulada así (y un videoclip precioso hecho por el Doctor Mongole). El tema que trata es más o menos el que explica mi estado de ánimo actual. A veces parece que "si resumo la vida en un folio, porque el resto nunca lo entendí, es sólo parte del papel que aprendí en otra vida, que no se escribió para mí, por eso me hace sufrir".
Lo podéis encontrar aquí: http://doctordivago.blogspot.com/

28.3.05

Red Planet's Blues [6]

Para ser una banda de rock conocida mundialmente, el otro guitarra daba pena. Si te fijabas bien, apenas salía unos segundos en los videoclips (y por norma general, haciendo el ridículo, sin llegar ni de lejos a tener la presencia y el talento de los otros tres). En un concierto, se arrimó al guitarra principal. El cantante se les acercó y se puso en un lugar en el que lo eclipsaba por entero, de forma que sólo se veía al cantante y al guitarra principal.
Sinceramente, creo que fueron demasiado crueles con él, que no se merecía ese trato. Al menos, no hasta el día en que un gigantesco exoesqueleto quitinoso parecido a una langosta con astenia primaveral rasgó su cuerpo en dos para salir de él y comerse al resto del grupo.

27.3.05

Red Planet's Blues [5]

Provocó un escape de berilio con toda la malicia del mundo. Algunos, alicaídos, pedían auxilio; muchos otros le encontraban aliciente al exilio. Los dos miembros del concilio que disfrutaban de un idilio con delicia, saboreaban cada caricia como si fuera la última.
¡Bebe, bebe! Ay, no, esto no va aquí, qué torpe...

26.3.05

Red Planet's Blues [4]

Alguno de los pocos que aún asistían a la procesión le comentaba a otro que, viendo la evolución de la escasez de gente que continuara estas tradiciones, cuando su joven hija llegara a su edad probablemente ya se habrían perdido.
El otro le respondió que aquella pérdida de la religiosidad era más que evidente. "Incluso, este año, el Papa ha preferido verla por la tele", concluyó de forma cínica.

25.3.05

Red Planet's Blues [3]

Aquella noche la había llevado a cenar a un lugar tranquilito, cerca de la playa. Al ser principios de primavera, no había mucha gente. Había estado pensando en lo que supone tomar una decisión, en que el futuro siempre parece un lugar mejor en el que tomarlas (el mes que viene dejo de fumar, el curso que viene me busco un trabajo, el año que viene me independizo). Había pensado también que el tiempo de pensar en hacer algo es tiempo que pierdes en no hacerlo. Que sería mejor dejar de postponer lo que hay que hacer y, simplemente, ejecutar la decisión tomada cuanto antes.
Ella estaba preciosa: con una leve sombra de ojos azul que resaltaba aún más la claridad felina de su mirada, con su piel lisa y agradable, con la sonrisa de felicidad con que le había venido obsequiando durante sus tres años de relación.
«Tres años, esa fecha fatídica para tantas otras parejas», pensó mientras tomaba aire y decidía comenzar lo que había que hacer.
—Cariño... tenemos que hablar.
—Claro —contestó sin perder la sonrisa—. ¿Ocurre algo?
—Sí —respondió él poniendo el semblante serio. Ella también enserieció.
Él tomó un sorbo de la copa, para mojarse la boca. Ella notó que sus manos temblaban ligeramente. Algo en su estómago se revolvió, algo no andaba bien.
—Verás... llevo un tiempo pensando que no puedo seguir así, no quiero seguir siendo tu novio.
Se hizo el silencio durante unos instantes. Ella sabía lo que había oído, pero le costaba procesar su significado real. Durante todo el tiempo que habían pasado juntos la vida le había parecido el Paraíso en la tierra: complicidad total, amor sincero, ningún secreto —o eso quería pensar ella—, ternura, magia, diversión, todo en una mezcla perfecta. Habían tenido alguna época mala, como todas las parejas, pero la base tan sólida sobre la que habían construido la relación les había permitido salir adelante siempre, reforzándoles aún más si cabe. Y si ahora él decía que lo suyo no iba a continuar... sabía cómo era él, sabía que lo habría pensado en profundidad, evaluando todas las alternativas y tomando la que sintiera más adecuada. No tenía sentido tratar de disuadirle de su decisión, seguramente era definitiva. El vértigo de la palabra "nunca". Pero seguía sin saber por qué él no le había dicho nada antes, por qué no le había comentado sus temores o sus dudas o su pérdida de amor. Todo esto lo sentía en lo hondo de su corazón como una falta de confianza tremendamente dolorosa. De forma que no había nada que hacer, tan sólo preguntarle el motivo de esa decisión.
Tomó aire, sus preciosos ojos se humedecieron, y con una voz apagada y temblorosa dijo:
—¿Por qué?
La mirada de él se iluminó. La pregunta llegaba justo a tiempo, tal y como lo había planeado. Sonrió. Se levantó de la mesa, se arrodilló junto a ella, le cogió sus manos, frías y temblorosas, y mientras sacaba un anillo del bolsillo de su camisa, le respondió:
—Porque necesito asegurarme de que no me vas a dejar nunca, mi vida; no puedo permitir que pierdas tu bonita sonrisa. ¿Me dejas ser tu marido?

24.3.05

Red Planet's Blues [2]

La llamaron "Radio Destino" y, según ellos mismos publicitaban, quien sintonizara su canal esperando la respuesta a alguno de sus problemas, la encontraría en la canción que estuviera sonando en esos momentos. Si no se encontraba, es que el mensaje de esa canción no era para ese oyente, y probablemente estuviera en la próxima.
En la emisora ponían el reproductor de sonido en modo aleatorio. Puede parecer una estupidez, pero mucha gente decía que había tomado la decisión correcta gracias a ese canal.
Encendí la radio con bastante escepticismo; si conseguía escuchar algo un poco coherente en respuesta a mi mal de amores, tal vez hasta empezaría a creer.
No tenía ni idea de hasta qué punto la canción que comenzó a sonar me iba a cambiar la vida.

23.3.05

Red Planet's Blues [1]

Íbamos caminando hacia casa de Natxo, mientras David realizaba las presentaciones de rigor a su "recién inaugurada" novia:
—Mira Laura, éste es Dani, ése es Nando, ella es Gloria y aquél que viene por allí es Pepe.
—Tanto gusto —comenzó a decir Laura, mientras repartía besos a los presentes.
Pepe les saludó a lo lejos. Iba esquivando las masas de gente que fluían por la acera, dirigiéndose hacia ellos con rumbo de colisión. Unos metros antes de llegar, se cruzó con una chica pelirroja de muy buen ver; se detuvo en seco y dándole dos efusivos besos dijo visiblemente contento: "¡María! ¡Cuánto tiempo! ¡Cómo me alegro de volver a verte!".
María dio un paso atrás, consternada por el asalto precipitado. Tartamudeando, le dijo que se había equivocado, que ella ni se llamaba María ni le había visto nunca. Él se disculpó de la chica anteriormente conocida como María y actualmente desconocida (lo cual nos hace replantearnos hasta qué punto podemos estar seguros de lo que sabemos que sabemos) diciéndole que no llevaba las gafas y que le perdonara por la confusión.
Nando, Natxo, David y yo estábamos a punto de llorar de la risa. Gloria levantó la vista al cielo, como implorando paciencia. Laura, desconcertada, le preguntó a David qué pasaba, que si acaso uno no se podía equivocar o qué.
David, esforzándose por mantener la risa al hablar, le dijo que Pepe no llevaba las gafas porque nunca lo había necesitado, que el muy canalla veía perfectamente...

22.3.05

Linealmente Dependiente (A veces pasan cosas)

El Segundo Principio¹ de la Termodinámica, la Teoría del Caos, el estudio de la Entropía y las Leyes de Murphy aseguran que es el peor momento y el peor lugar para vivir nuestra vida, y la cosa va a ir a peor (tanto es así que vamos a acabar muertos).
Entrecerrando un poco los ojos, puedo ver el futuro (o un posible futuro) de una forma un poco borrosa (soy miope, si ver de lejos me cuesta un poco, ver el futuro es aún más complicado): veo los sempiternos problemas monetarios (compra del piso, del coche, llegar a fin de mes, comprar caprichos, gastos imprevisibles), laborales (problemas con los jefes, empresa con problemas, sueldos miserables, trabajo desbordante), de pareja (monotonía, pérdida de la magia, incompatibilidades crecientes) y en general, las altas dosis de estrés que todos conocemos o conoceremos a su debido tiempo.
Mucha gente tiene pavor a la dependencia, a necesitar de un alguien para subsistir, o de que un alguien le necesite a él o a ella para salir adelante. En realidad no suelen darse cuenta de que la independencia es una ilusión, que estamos ligados los unos a los otros (unos más que otros), al trabajo, la familia, los amigos... y la pareja. El trabajo lo podemos obviar, vas a estar igual de mal en un empleo que en otro, así que el cambiar del mismo no supone un progreso o un receso importante. La familia te venía dada de fábrica, así que es difícil cambiarla. Los amigos, si son amigos de verdad, siempre van a estar ahí, aunque no estén; si no son amigos de verdad, entonces no tiene sentido contarlos en la categoría de amigos, igual que en "trabajo" no he contado trabajos que no sean de verdad.
Con la pareja es distinto porque, después de la máquina de café del trabajo, es en quien van a recaer todos los malos rollos de tu vida, y sobre ti van a recaer los suyos.
Conviene pues buscar muy bien a quién eliges como compañero de vida (término que acaba de salirme casi por casualidad pero que tiene exactamente las connotaciones que quiero explicar): si lo haces bien, tanto tú como él os podréis considerar una persona y media, pero cuando estéis juntos funcionaréis como una unidad mucho más poderosa que vosotros dos por separado. Con el tiempo y mucho esfuerzo se pueden pulir las diferencias (al fin y al cabo, se madura y se aprende) , pero una máquina mal engrasada o con piezas que no encajen está condenada a estropearse tarde o temprano.
Suele ser tarde, cuando ya tienes una casa, un trabajo, tal vez hijos y un pececito azul llamado Peixet, y tus alternativas son o joderte y continuar como puedas con el macroimperio de responsabilidades que has creado, o dejarlo todo a la torera (con juicios y pensiones y abogados y demás generadores de entropía de por medio) y tratar de comenzar a tener una vida algo así como veinte años después de lo que deberías (eso si tienes suerte y has aprendido la lección y la siguiente vez eliges mejor con quién... con quién... con quién te quieres morir, porque ya no sé si el cuerpo te aguantará los trotes de empezar de nuevo).
Amar conlleva indefectiblemente depender. Quien pretenda separar ambos términos se encontrará, más que con amor, con una convivencia descafeinada con algo de sexo (seguramente también descafeinado) esporádico. La forma correcta de enfocarlo (un saludo a todos los que acaban de pensar "clase base genérica") es precisamente encontrar a la persona que merezca que depositemos en ella nuestra dependencia, porque sepamos que va a responder (y a correspondernos), y cuidar nosotros de estar a la altura de lo que la otra persona esperará de nosotros, de (aquí me gusta más la expresión "to take care of", o el valenciano "pendre cura de") cuidar de que esa dependencia en nosotros es firme y podemos responder (y corresponder).

La gente no suele pensar que se está jugando la vida....



¹ Lo de "Segundo Principio" supongo que podría escribirse más afortunadamente como "Capítulo 2".

Atormentado

Su exnovio era el único repartidor de aquella pizzería. Ella solía esperar a los peores días de tormenta y tráfico para pedir una margarita.

19.3.05

Marca Registrada (Esta mañana me he levantado...)

[20:50:06] Emilio dice:
qué es lo contrario de una celestina?
[20:50:13] Sonia dice:
una anticelestina?
[20:50:23] Emilio dice:
sí, pero eso tiene nombre?
[20:50:28] Emilio dice:
alguien que se dedique a hacer romper parejas
[20:50:30] Sonia dice:
no creo
[20:50:34] Sonia dice:
XD
[20:50:37] Emilio dice:
hmmmmm
[20:50:42] Emilio dice:
bueno, el tiempo y el destino
[20:50:46] Emilio dice:
lo hacen muy bien solitos (a veces)
[20:50:51] Sonia dice:
ponle nombre y regístralo
[20:50:56] Emilio dice:
lo voy a poner en el blog
[20:51:01] Sonia dice:
bien

Pues ya está. Gracias a "Sonia" por su no colaboración. Ella propone "Mínimo Común Divisor", lo cual prácticamente crea un microrrelato en mi cabeza, pero dejo a Dani la tarea de escribirlo.

Ya que estamos con pensamientos "registrados", ahí va otro:
Conseguir la felicidad no es fácil; si no, todo el mundo sería feliz. Pero tampoco es imposible; si no, todo el mundo sería infeliz. Supongo que todo consiste en estar en el sitio incorrecto, en el momento inoportuno, tomar la decisión equivocada y que, como las cosas siempre salen al revés de cómo lo planeaste, acabes siendo feliz por error.

Eternidad

Durante un segundo se hizo el silencio. Sus miradas brillaban de emoción como nunca lo habían hecho antes. Respiró hondo, y continuó:

—Yo estaré contigo en el sufrimiento y la enfermedad.
—¿Y en la riqueza y en la pobreza?
—Sí, y en las alegrías y en las penas.
—Hasta que la muerte nos intente separar...
—...en vano.

Así fue cómo un planeta y su luna se casaron anoche.

15.3.05

Saber dosificarse (Esta mañana me he levantado...)

"El secreto está en saber dosificarse", dijo una vez un sabio. Creo que es uno de mis mayores fallos, no saber dosificarme. O me implico o no me implico, pero si me implico, lo doy todo. 900% de puro Emilio. Como decían en Gattacca, nunca reservo fuerzas para el viaje de vuelta.
Otro de esos grandes fallos es preguntar cosas de las que sé o intuyo que la respuesta no me va a gustar en absoluto. Soy un bocazas, y un cotilla, siempre con ganas de saber más y más y más sobre todo; mala combinación.
A veces me paso de racional cuando tendría que ser más sentimental, y otras me paso de sentimental cuando tendría que ser más racional. Sumadas, creo que son el 126% de las ocasiones.
No sé cómo consigue la gente que se le pasen los malos rollos simplemente durmiendo. Cuando yo me levanto, los problemas que estaban ahí antes de acostarme, siguen ahí. Las dudas, las punzadas de dolor, los recuerdos, las ilusiones destrozadas, el futuro incierto... a mí no me desaparecen. ¿Olvido alguna parte del ritual? ¿Me perdí ese capítulo de Barrio Sésamo?
Resulto insoportable (incluso para mí mismo) cuando me pongo demasiado puntilloso con asuntos que no merecen la pena, o cuando vuelvo una y otra vez a temas que otros están tratando de dejar a un lado.
Soy un manazas. "El chico del caos", que me llamaba el profesor de Organización y Gestión de Empresas (por un trabajo que hice sobre Caos y Empresa, pero que a mí siempre me sonó a que iba rompiendo cosas allá por donde pasaba): choco contra las sillas, tiro hojas de apuntes, estropeo piezas de plástico...
Mis "deflectores" nunca funcionan bien cuando es una persona querida quien me dice (de buenas o malas maneras) alguna de esas cosas, aunque ya las sepa; me dan de lleno y me hacen implosionar en el silencio del espacio.
Siempre me las acabo arreglando para recibir más daño del necesario. No sé qué clase de masoquismo profeso: supongo que ser un estupendo idiota.
O tal vez sólo es que así es la cruda realidad... en ese caso, yo la preferiría bien hecha. Devuélvanla a cocina, por favor.

Vivir más (A veces pasan cosas)

Si queréis vivir más, estáis invitados a asistir a las clases de "Arquitectura e Ingeniería de Computadores". Os garantizo que vuestra consciencia del tiempo se incrementará por un factor de 2.

Eso sí, he dicho "más", no "mejor".

14.3.05

"De pensamiento"

Hace un bonito día de mierda. Todo está gris, como mi estado de ánimo desde hace ya... ¿cuánto? Ni lo recuerdo. Sólo sé que solía ser mucho más risueño, y no estaba tan asqueado de todo.
Silvia ya no está, tendría que dejar de pensar en ella. Incluso en la revisión de examen de la que acabo de salir, no he podido quitármela de la cabeza ni un instante. Ahora camino hacia el otro campus, despacio, tratando de saturar el mundo en escala de grises de alguna forma u otra. Tengo que aprender a vivir sin ella.
Mi estómago ruge. Probablemente el bajón de azúcar de los nervios de la revisión. Total, para qué, probablemente alguien se olvide de que una vez fue humano. Todos tenemos que ser calculadoras humanas, no ha lugar al error.
Entro en la cantina. "Se ha ido para siempre". Me dirijo hacia la expendedora de tíquets para la comida. Hay muchas personas, así que me dirijo directamente a caja. Le pregunto a la camarera con toda mi tristeza condensada en una sola frase si tengo que sacar un tíquet para comprar un donut. Normalmente me mandarían a la mierda, pero tengo que tener una pinta realmente acabada, porque suspira y me da el donut. 60 céntimos de dulzura para un cuerpo más bien agrio. Salgo de allí con una sensación agridulce.
Me cruzo con dos personas conocidas. Curiosamente, los dos profesores y, como ya he dicho antes, los dos personas. Como siempre, todas mis teorías se tambalean y se hacen añicos al chocar contra una realidad repleta de estacas de sal cristalizada. Nada sale bien. El único que tiene razón es Murphy, y sólo si no te conviene que la tenga.
Como con Silvia. Sigue sin estar, pero está todo el tiempo. No sé qué pasó con ella, qué se le cruzaría por la cabeza.
Subo al aula de ordenadores, aún hay tiempo que perder hasta la hora de la clase. Me acerco a un ordenador. La chica de al lado me dice que no funciona. Es un buen diagnóstico. Me siento identificado con el ordenador y decido darle una oportunidad. Se enciende. La chica me dice que es el ratón lo que no va bien. No necesito para nada un ratón, sé mover muy bien los dedos, pero también le doy una oportunidad. Efectivamente, se mueve pero bastante mal. Podría emprenderla a golpes con él, pero seguramente él no tiene la culpa de funcionar tan mal. El uso que se le ha dado, su situación, ha sido la peor posible. Bastante tiene con seguir moviéndose, aunque sea cojeando.
Así que lo muevo con suavidad pero con firmeza, en pequeños saltitos cuando deja de responderme. Es fácil hacerse con él, sólo necesitaba un poco de paciencia que nadie en estos días conserva.
Por la ventana, los cristales de la fachada gris me reflejan el cielo gris, pero puedo ver también a través de ellos las caras grises de las personas que hay detrás.
Detrás... ella ya no está detrás. Vuelvo a decirme que tengo que aprender a estar bien conmigo mismo sin ella.
Veo unos ojos marrones mirándome. Son bonitos. Mientras me levanto para cederle el ordenador e irme a clase, pienso que todavía hay esperanza... allá, en algún momento y en algún lugar.

13.3.05

El amor, o de lo mal repartido que está el mundo (A veces pasan cosas)

Jugando a las definiciones, aquí va un par mías:
Amar: Fastidiarse lo que haga falta y con una sonrisa para que el otro sea feliz.
Corresponder: Impedir que el otro se fastidie por hacerte feliz, o compensarle con creces para que le haya merecido la pena.

El mundo está muy mal repartido. Le sigo dando vueltas a la filosofía del colega Chema, en el que un niño llamado Destino va encajando piezas de un puzzle tal y como le apetece.
Luego no paras de encontrarte con una secuencia de frases de diferentes personas, que casi son estándar. Frases que contienen «Prefiere irse con los amigotes», «No me hagas mucho caso, tal vez estoy pidiendo demasiado», «No sabe valorar lo que hago» y cosas por el estilo. Tal vez a más de uno le resulten familiares.

Hace algún tiempo escribí algo, dedicado para los que sí están ahí y no les hacen caso, los caídos en el combate de la vida, que saben que su felicidad a largo plazo viene marcada en una grandísima parte por la persona que escojan para afrontar los momentos duros de la misma (porque también es fácil oír «cuando estamos solos estamos bien»... pero eso tiene el mismo mérito que mantener el equilibrio tumbado en la cama). Que no es por ser agorero, pero seguro que esos malos momentos no son pocos (los buenos tampoco, con algo de suerte, y también hay que saber encontrar a la persona adecuada con quien disfrutarlos).

Para todas las almas perdidas, por ambos lados, aquí van mis

Disculpas

Necesito, hoy más que nunca
pedirte perdón
por las veces que te deje sola
cuando más lo necesites,
por cuando el trabajo sea lo primero
y tú tengas que esperar.

Perdona, porque a veces
necesitarás algunas cosas
que no podrás conseguir
y no podré apoyarte.

Perdóname cuando esté insoportable
o cuando no te comprenda;
cuando no sepa llevarte
si eres tú quien está mal.

Cariño, perdona
cuando no esté contigo.
Sabes que yo no querría
hacerte infeliz.

Perdóname cuando ya no haya magia,
y todo sea pura inercia,
cuando cada día que pase
sea una réplica del anterior.

Perdona que te olvide algunos días,
que cesen los detalles
si es que alguna vez
recibiste alguno, no recuerdo.

Espero que me puedas perdonar
por no ser yo quien viva contigo.
Espero que tú puedas perdonarme,
porque yo no podré
ni perdonarme
ni perdonarte.

12.3.05

Están locos estos ingleses (Esta mañana me he levantado...)

Bueno, pues ahí va un pequeño resumencillo de lo que he sacado en claro del viaje a Londres del pasado 2 al 6 de Marzo:

  • Quita siempre una pieza de cada tipo de ropa de las que te hayas puesto en la maleta, no te hará falta.
  • Ve con tiempo al aeropuerto, las carreras son emocionantes pero poco saludables para el sistema nervioso.
  • Quítate con antelación el cinturón y cualquier cosa metálica, ahorrará tiempo y coñas por lo del pitido del detector de metales.
  • Si te cachean en España, prepárate a ser blanco de paridas durante el resto del viaje.
  • En el avión, no le digas al compañero que tiene miedo a volar algo tal que "no sé para qué tenemos que tener los cinturones abrochados, porque si pasa algo nos vamos a hacer mierda a esta altura".
  • En Londres, ponte muuuuuuucha ropa de abrigo (y si eres Dani, aprende a abrocharte la cremallera del mismo antes de salir de casa ;)
  • Busca una buena maleta, que no se te autodestruya por el camino...
  • Está todo caro, caro, caro, así que calcula bien el dinero que vas a llevarte. Recomendado tener a mano una visa no electrón (aunque en muchos sitios la electrón también la coge).
  • En las aceras te ponen escrito hacia qué lado tienes que mirar para cruzar la calle. Briconsejo (juas): Left es izquierda y Right es derecha. "Look at" es "Mira pa' la".
  • Si tienes novio o novia, llévalos al viaje o prepárate para decir a cada cinco minutos algo tal que "echo mucho de menos a Andrés" y apoyar la cabeza en el hombro más cercano.
  • Si no te lo has llevado, siempre puedes recurrir al lema de Bricomanía "háztelo tú mismo" para aliviar tensiones.
  • "I cut myself" no es la mejor forma de decir "me parto" ante los chistes malos.
  • Si no sabes traducir una palabra, usa la traducción de palabras compuestas; si "comando" es "command", entonces mando será "mand". Ya puedes pedir el mando de la tele.
  • Cualquier conversación que se pueda tener en una habitación del albergue llena de frikosos, termina tendiendo hacia el tema del sexo (y en algunos casos, ya comienza tendiendo hacia el tema del sexo).
  • Las moquetas de los albergues absorben bastante bien la cerveza. Es bueno saberlo por si algún miembro del grupo tiene un día algo entrópico.
  • Mangar tazas del Starbucks es una actividad insana para los nervios, pero da para la tira de anécdotas.
  • Si tienes basura que tirar (cleenex, chicles, lo que sea) por la calle, no es tu día de suerte: allí las papeleras brillan por su ausencia (extrañamente, el suelo también brilla de limpio que está, no sé si es que los ingleses no comen chicles ni tienen mocos...).
  • La cocina griega puede suponer un mal trago, literalmente.
  • "Pedestrian" no es lo que parece, no tengas miedo si encuentras un cartel que indica por dónde tienen que pasar esos degenerados.
  • Hay varias formas de bajar las escaleras del metro. Tirarse de espaldas en plancha no parece la mejor de ellas.
  • El Támesis es un lodazal ampliado.
  • Lo del cambio de guardia en el Palacio es una tontería; si vas por allí, mejor fíjate en las paridas sobre Charles que dicen los visitantes.
  • Hablando de visitantes, Londres está lleno de guiris con muy buen acento de inglés. Pero también hay muchísimos españoles, así que si no te manejas mucho con el inglés, no te preocupes: uno u otro te entenderá. En realidad estamos vengándonos por lo de Gibraltar, conquistándolos en silencio...
  • Decir "What?" cuando no entiendes algo se considera una falta de educación, algo así como buscar pelea. Lamentablemente, a los hispanoparlantes nos sale el "what" de forma instintiva. Afortunadamente, como ya comentaba antes, como la mayoría son hispanoparlantes y tampoco lo saben, no llega la sangre al lodazal del Támesis. En fin, que hay que decir "sorry" o "pardon".
  • Las chinas son unas máquinas en los videojuegos de stepmanía y derivados de las estupendas salas recreativas que hay por el centro.
  • El tiempo meterorológico viene empaquetado en pequeñas latas de 20 minutos: llueve durante 20 minutos, luego nieva durante 20 minutos, después llueve otra vez durante 20 minutos, luego está nublado 20 minutos, hace sol unos 20 minutos, se nubla durante 20 minutos y graniza durante 20 minutos, aproximadamente.
  • Sant Paul's es un buen lugar para comprar gorras.
  • Ojito con que se acabe el agua caliente en el albergue el último día...
  • Si te cachean en el aeropuerto de Londres, intenta no sonreír. Se ponen de un borde que lo flipas y te vuelven a cachear ^^ (y da gustito, así no hay quien se ponga serio).
  • No te pierdas el espectáculo del vuelo en avión por la noche; ver el ocaso desde el aire, el terminador sobre la tierra y las luces de la "civilización" es hermosísimo.
  • Prepárate a echar de menos el estar de viaje con un grupo de personas maravillosas :D
Si me acuerdo de más cosas, ya iré poniéndolas. Saludos a los compis.

10.3.05

"Demonio practicando"

El otro día vi un dibujo titulado "Demonio practicando". En él aparecía una salita con un piano de cola y un demonio sentado en la banqueta, tocando algo para un ángel que, apoyada en la puerta con los brazos cruzados, escucha con atención. Técnicamente el dibujo dejaba bastante que desear, pero la historia no estaba mal: va de un demonio que se prenda de un ángel y decide cambiar de vida. Trata de ser el mejor para tenerla contenta, aprende a tocar al piano esas cancioncitas que sabe que le gustan... bueno, cambia muchísimas cosas de su vida anterior. Digamos que se esfuerza de verdad.
Pero el ángel, desde la puerta, no puede dejar de verlo como el demonio que es, con esas alas, esos cuernos y el rabo, y esa piel quemada. Aunque, cuando cierra los ojos, puede sentir el amor en la música que él toca. Pero sabe que no puede vivir siempre con los ojos cerrados, así que no podrá ser y le pedirá que se marche de su salita, y me parece que él que acaba decidiendo volver a los infiernos y deja de creer en lo que creía. No tengo clara esa parte, pero bueno, para un simple dibujo en una hoja de apuntes ya hay suficiente. Era la ofrenda a Alis, la diosa de los pequeños seres azules que pululan por el éter del hiperespacio.

1.3.05

Shilmazl

—¿Qué es ese palabro? —Le preguntó.
La pregunta estaba cargada de una ligera ironía (a veces no soportaba que fuera tan pedantillo) y un punto de interés real. Le arremolinaba el pelo de la nuca, tumbada a su lado, esperando la respuesta de sus labios carnosos, que estaban a sólo unos centímetros. «Suficientemente cerca para besarlos», pensó, «pero me gusta ver cómo los mueve cuando habla, es muy sexy».
Él la abrazó con un poquito más de fuerza. No le había costado percibir su tono de "a veces no soporto que seas tan pedantillo", y la compensó con la mirada más dulce que pudo regalarle. Luego le explicó:
—En "Yiddish", una antigua que combina alemán antiguo y hebreo, significa "Desafortunado crónico, alguien a quien la suerte le da la espalda".
—Ya. Y eso lo sabes porque...
—Porque lo he leído esta tarde en la MUY Interesante, mientras esperaba a que llegaras del trabajo —dijo, remarcando la palabra "trabajo".

Ella le dio varios pellizquitos en el abdomen que le hicieron estremecerse por las cosquillas, mientras que con una voz divertida que simulaba enfado (algo que conseguía mordiéndose los labios de una forma cómica) y separando mucho las sílabas, le decía:
—¿Te-pa-re-ce-bo-ni-to-tra-tar-de-dar-men-vi-dia-por-te-ner-fies-tay-yo-no? ¿Eh? ¿Eh? ¿Eh?

Él consiguió atrapar su mano, la llevó hasta su pecho, le robó un pequeño beso y se quedó mirándola de nuevo, con su sonrisa de "gilinamorado". Dios, cómo la quería...

Ella continuó, tratando de mantenerse seria sin conseguirlo del todo:
—Además, ¿estás insinuando que eres un desafortunado crónico, que la suerte te da la espalda estando aquí acostado conmigo? —Se deshizo de la trampa de su mano y volvió a hundirle el dedo en el costado al ritmo de su cadencia final—. ¿Eh? ¿Eh? ¿Eh?

Él saltó de nuevo a su lado, riéndose ya a carcajada limpia, y volvió a atrapar su mano. Esta vez la besó y la pasó alrededor de su cuello. Volvió a mirarla, ahora con un toque de lascivia. Cualquier otro día estarían viendo una serie en la tele; esa noche, pensó, la iba a llevar él mismo hacia un mundo fantástico.