28.2.05

Tócame los huevos Kinder (Esta mañana me he levantado)

De pequeñito no les prestaba mucha atención, me limitaba a comerme el sabrosísimo chocolate y a abrir desesperado el trasto que trajera dentro, cuanto más mecánico y con piezas para montar, tanto mejor.

Hace poco me he vuelto a aficionar, y la verdad es que nunca me había parado a pensar en quién demonios es el genio que diseña alguno de los juguetitos que se pueden encontrar, y qué carrera han estudiado los que son capaces de hacer caber todas las piezas en el estrechísimo volumen del huevo. Por lo menos, termodinámica cuántica.

Si alguien conoce a algún trabajador de Kinder, me haga el favor de preguntarle cómo se lo curran tanto, y de agradecerle esas perlitas de ilusión chocolateada, tan válidas de pequeño como de menos pequeño. Está bien eso de hacer la vida de la gente un poco más interesante y divertida (aunque pueda tener el transfondo de hacer dinero, cosa que tampoco es mala per se).

Feliz Navidad.

27.2.05

Un poco de otros (Esta mañana me he levantado...)

Petxina tiene un estupendo artículo acerca de las prioridades. Es algo a lo que llevo mucho tiempo rondando para un "A veces pasan cosas", pero se me ha adelantado y lo ha hecho con maestría, así que "si funciona, no lo toques".

Será por estar con la práctica de "Procesadores del Lenguaje", pero incluso comienzo a creer que podría definir las mías como una gramática; Pareja, amigos, familia, estudios, ...
Partes en principio independientes, pero en las cuales si falla una de ellas, las que están por los niveles inmediatamente inferiores pierden gran parte de su sentido.

En fin, aplicando un poco de filosofía (tal vez algún día ponga algo acerca de algunas de mis citas favoritas en ese sentido) de los Monty Python, "always look on the bright side of death, turut, turut turururut".

26.2.05

Chico busca Maravilla (Esta noche no me he acostado...)

Así que seguía pensando: «Si no puedo encontrar lo que busco, el siguiente nivel en el que tendría que buscar sería en un rango de edad de aproximadamente veintiséis años. Pero, ¿y si hay una exactamente en mi misma situación que piensa lo mismo? ¿Cómo encontrarla?».
Es un tema complicado, porque en principio parece que necesito mucho: una mujer que escriba bien (lo suficiente como para poder corregirme a mí, es decir, rozando la pedantería quisquillosa extrema), que le guste leer pero su parte de ciencias esté muy desarrollada, que sea creativa y plasme esa creatividad de alguna forma, que tenga sentido del humor y simpatía, que pueda ver de alguna forma allá donde otros no llegan, que sea capaz de hacerme sonreír cuando menos ganas tenga pero que también pueda aportarme la sensatez que necesito a veces; si es música y le gustan las artes gráficas ya sería la bomba. Que no reniegue de sus perversiones, pero que sean vicios sanos. Que tenga ese punto friky para poder hablar de cualquier cosa con ella. Que mantenga un punto de inocencia e ilusión en su corazón. Me basta con un físico normal, con que no necesite llevar careta para salir a la calle. Eso sí, que cuando sonría se pueda leer en sus ojos el secreto de la Armonía del Universo.

Una vez pedí algo así, y me dijeron que era imposible, que bajara el listón. Ya son dos las Maravillas con las que me he topado, pero el niño que encaja las piezas de nuestras vidas parece jugar a acoplar a puñetazos algunas que no acaban de casar. Tal vez cuando se haga mayor rehaga el puzzle y ponga juntas aquéllas que están hechas para estar juntas, y tal vez no.
En fin, como me parece difícil encontrar a esa Maravilla en una discoteca (en parte porque también preferirá charlar con calma con los dos o tres colegas de confianza, o la tranquilidad del sofá de casa con una película alquilada y un masajito relajante, con caricias en el cuello), si alguien la conoce, que le diga que la espero.
Ahora a soñar. Tal vez la encuentre allí... y tal vez no. Hoy las lunas estaban preciosas.

Un besote para todas aquéllas que conozco que, sin ser la chica Maravilla, no dejan de ser chicas Fantásticas.

24.2.05

Nieva en Eslida (Esta mañana me he levantado...)

A veces pasan esas cosas; mañana se levantarán y hará frío.

Siempre me ha gustado la palabra "crisol", es bonita.

23.2.05

La espada de Damocles (A veces pasan cosas)

Normalmente hacemos las cosas que hacemos (o no hacemos las cosas que no hacemos) porque están de acuerdo a una escala de valores implícita. Cuando hacemos cosas con las que no estamos de acuerdo, algo dentro de nosotros suele estar en conflicto; nuestro potencial de disonancia aumenta y un pequeño miniyo nos dice "eh, gilipollas, ¿por qué (no) has hecho esto?".

Desde que bajamos de los árboles, vivimos en un mundo repletito de construcciones sociales artificiosas. "Matrix" se queda corta al lado de lo que se puede ver a veces. A la gente se le olvida que hace cuatro ratos simplemente nos dedicábamos a buscar algo para comer ese día. Sólo se acuerda de que esa factura tiene que estar pagada mañana por la mañana.

Hace mucho tiempo que vivo sintiendo una espada de Damocles particular colgando un metro por encima de mi cabeza. Muchas veces vuelvo por la autovía pensando en que sólo es necesario que a uno de esos camiones a los que estoy adelantando le dé por adelantar a su vez a otro vehículo sin comprobar si ya estaba pasando alguien por el otro carril, o que lo haga pero en ese momento esté pasando por el punto muerto de su retrovisor. A veces hasta puedo intuir las vueltas de campana que daría el coche antes de fusionar mi tejido orgánico con la chatarra y formar un solo ente biónico durante el tiempo que mi cuerpo resistiera.
Ser consciente de que ya tengo a varios compañeros reposando en la tumba (por accidente, suicidio o enfermedad) ayuda a reforzar esa sensación. No sé por qué, pero me suele acompañar la impresión de que no duraré mucho más, de que una muerte ridícula al más puro estilo Def Con Dos me espera a la vuelta de la esquina.

Sólo por esta sensación, todo lo que ves a tu alrededor cambia de pronto. Los colores se vuelven más verdaderos, tienes perspectiva de las cosas, de las personas, de lo que realmente importa y de lo que es accesorio. Te reconcilias de alguna forma con el ciclo de la Vida, pero el ciclo de la Vida real, que no tiene mucho que ver con el que estamos acostumbrados a coexistir. La Vida tal y como la puede sentir un gorrión, un renacuajo, un árbol, una abeja, un ratón.

Viene bien para acordarte de decirle a esa persona lo extraordinaria que es, porque podría ser que mañana ya no pudieras. Para ayudar por última vez al compañero que a su vez te ha ayudado tantas veces a que tus experiencias cotidianas tengan su toque de sensata y sana locura, de ilógica razón.

También ayuda a que ese potencial de disonancia entre lo que el cuerpo te pide que hagas y lo que haces sea el menor posible. Aunque incluso así, muchas veces te quedas con ganas de hacer o decir algo que al final no dices. A pesar de que sea tu último día en la tierra, hay cosas que puede que estén de más.

Ya, puede que muchos estéis pensando: «si de verdad creyera que se va a morir mañana, ¿por qué no deja la carrera y se va a viajar por el mundo, por ejemplo, o a componer todo lo que pueda, o a escribir cosas para la posteridad, o le dice de una vez todo lo que siempre ha querido decirle a esa persona?».

Lo bueno de ser yo es que esa persona seguro que sabe todo lo que siempre he querido decirle, que todo lo que quiera dejar para la posteridad lo voy escribiendo tal y como se me ocurre (aunque muchas cosas estén sin terminar en una carpeta del ordenador, lo mismo que con las composiciones), que ya he viajado donde podía viajar dentro de mis posibilidades, y que en la carrera uno no deja de aprender y enriquecerse (más que de las asignaturas, de la gente tan fantástica con la que se encuentra).

¿Aprender para qué? ¿Trabajar? Pero si puede que no llegue a trabajar. ¿Entonces? Entonces nada, aprender por aprender. Trabajar tampoco es que lo vea como algo que sirva más que para ocupar el tiempo y ganar dinero de paso (recordad que todo trabajo nos acerca a un Fin del Universo en el que todo lo que hayamos hecho no habrá servido para nada más...).

Eso sí, sí que hay algunas cosas de las que me arrepentiría de no haber hecho si no pasara de mañana. Algunas porque no pude hacerlas (como asistir a esa lluvia de estrellas a medias en la playa), otras porque aún no he podido hacerlas (una cena a tres, muchas "tonterías" con gente a la que tampoco le parecen "tonterías", y tantísimas cosas con la persona que quisiera pasar lo poco que me quedara de vida con ella) y las demás porque no me atrevo a hacerlas. Al fin y al cabo, puede que sí que pase de mañana. Y no me apetecería pasar el último de mis días afrontando las consecuencias de mis actos del día anterior...

17.2.05

Just one year of love (Esta mañana me he levantado...)

Con la letra de una preciosa canción de Queen, recuerdo al mirar la fecha que hace un año que The First, The Last, My Everything (también alias The One o "mi medio melón") me mandó a paseo. A partir de ahí, la segunda ley de la termodinámica ha imperado en mi vida; he paseado por mi lado más oscuro, he sentido más dolor del que creía que se podía soportar, he llegado a pensar que me iba a deshidratar con tanta lágrima, he pasado noches en gris, días en gris, tardes en gris y, en general, toda mi vida ha sido más gris desde entonces.
Ver desmoronarse todos los planes de futuro que has montado con la mayor de las ilusiones, con la esperanza y las ganas de trabajarlo para que saliera adelante, sentir que todas esas imágenes de tu vida se oscurecen hasta alcanzar un negro abisal, vertiginoso, es una situación altamente angustiosa.
Encontrar un vacío donde antaño hubieran risas, miradas cómplices, besos, cariño, comprensión y mucho amor, simplemente es una tortura.
Ser trompetista y saber que eso que en los ataques de ansiedad no te deja respirar, que está rígido como una tabla y te asfixia, que te duele como si te hubieran pegado una patada, es tu diafragma, no es un alivio.
La sensación de que ya todo da un poco igual, sin embargo, tiene un toque de liberación. No compensa, desde luego, pero ahí está. Te da igual suspender exámenes, ya no tendrás que acabar el curso limpio para irte a estudiar con ella el siguiente, ya ni siquiera tendrás que acabar la carrera pronto para trabajar cuanto antes y tratar de independizarse rapidito. Te da igual hasta que caiga una roca gigante sobre el planeta y nos destruya, o que Bush nos arrastre a una vorágine de sangre y acabemos todos muertos. Le ves el lado amable a la muerte: paz perpetua, dejar de sufrir, dejar de sentirte mal de una maldita vez.
Aprendes cosas, muchas cosas. Aprendes que lo imposible está en la cabeza de las personas, que la ilusión en la pareja es cosa de dos, pero que cada cual debe trabajar para mantenerla. Que si algo falla, cuanto antes se diga para tratar de arreglarlo mejor, sin esperar a que sea demasiado tarde y sólo quede tiempo para lamentarse.
Aprendes que a veces, cuando notas que recibes menos de lo que te gustaría, compensas dando más. Que esto suele ser contraproducente y acaba haciendo que la otra persona dé menos aún y se entre en una espiral viciosa (y probablemente fractal). Aprendes que tan malo es dar poco como dar de más, que fuiste un soberano gilipollas por darle tanta importancia a cosas que no la tenían, un perfecto estúpido al no saber ver las señales (o a no querer verlas, o un poco de cada), y un estupendo imbécil al pensar que "sólo" por amar de verdad y darlo todo, por decir todo lo que te gusta y lo que te molesta, ninguna relación puede ir mal.
Aprendes que a Murphy no lo parió una madre, sino que vino desde otra dimensión a través de una convergencia espaciotemporal en forma de agujero de gusano infinitamente estrecho y alargado (casi podríamos decir oblongo). Que no todo está en nuestras manos, que la ley de Amdahl se puede aplicar también a las parejas: un componente de la pareja sólo puede aportar al conjunto una mejora de como mucho su nivel de participación.
Que las sociedades se disuelven, los proyectos se esfuman, lo que quedó atrás (fotos, relatos, omnipoliedros, recuerdos, libros, películas, canciones) pesa como plomo en un traje de buzo sin escafandra.
Aprendes que algunos sufren cuando se dan cuenta de lo que han perdido, pero que ser consciente de lo que vas a perder antes de hacerlo es todavía mayor. Y ver un pasado en el que tuviste casi tres años de felicidad e ilusión alejarse, y ver venir a una especie de monstruo amorfo de un color gris oscuro que lo infecta todo, un horror.
Te das cuenta de que a otra gente todo parece irle bien, aunque pase olímpicamente de su pareja, aunque ni siquiera sepa su dirección de correo, aunque difícilmente pueda valorar los infinitos preciosos matices que su pareja puede ofrecerle, aunque en su lista de prioridades su pareja esté por ahí abajo.
Te preguntas si es que eso es lo normal, si en una relación la importancia que le das a la pareja es inversamente proporcional a la probabilidad de que te deje (aunque tengo bastante claro que la estabilidad brilla por su ausencia). Les odias en silencio, les compadeces, si es que queda algo de compasión que no hayas malgastado ya en ti mismo. Al fin y al cabo, ellos tienen a alguien que les espera y a quien pueden esperar. Alguien en quien pensar cada mañana al levantarse y justo antes de acostarse, con quien estar a lo largo del día y en quien soñar por la noche. Aunque no lo hagan. Aunque malgasten todo eso.
A veces te parece que estás comenzando a levantar cabeza, que la vida te vuelve a sonreír. Pero sólo para comprobar que no, que en realidad se estaba riendo de ti. De vuelta a la ciénaga.
Las canciones cobran un sentido inesperado hasta el momento: "Cada historia", de Presuntos Implicados; "No ha parado de llover", de Maná; "How I am supposed to live without you" de Michael Bolton; "Lo ves", de Alejandro Sanz. Mientras la tocas al piano y las lágrimas resbalan silenciosas por tus mejillas (pudo ser y no fue, porque la vida es como es, nos dio la vuelta del revés) y te preguntas una y otra vez qué hiciste mal, qué va a ser de ti, por qué te dejó, si cambiarán las cosas o si algún día podrás volver a sentir algo así por alguien.

Con el tiempo aprendes que muchas de esas preguntas no tienen respuesta. Más que no tenerla, quien la tenga no te la querrá dar. Con un poco más de tiempo, descubres que la respuesta a la última es que sí. Pero eso no cambia las cosas, porque también descubres que, cuando creías que nada podía ir a peor, estabas muy equivocado.

Feliz Anaversario, preciosa. Espero que todo haya sido para mejor.

Sobre el Nesquik, el Cola-Cao y la entropía

INTRODUCCIÓN INTRODUCTORIA

En primer lugar, debo expresar todos mis respetos para con los consumidores de Cola-Cao. Tiene muy buen sabor, es muy saludable, y todo eso. Durante esta memoria no se ha maltratado a ningún Cola-Cao.

He elegido Nesquik como principal protagonista porque es el que he venido consumiendo desde que tan sólo era una larva, pero quiero dejar claro que, a efectos prácticos de la memoria, se puede substituir la marca Nesquik por Cola-Cao Turbo sin ningún problema. Pero cuidado: sólo por Cola-Cao Turbo, y en ningún caso por el Cola-Cao normal.

Pasemos, pues, al tema que nos ocupa: La entropía vista desde el Universo de la leche con cacao en polvo.*

Supongamos que tenemos dos vasos de cristal, de tamaño mediano (250 ml, el que solemos usar cotidianamente para beber). Es muy importante que los vasos sean de cristal, y no de plástico (de los que solemos usar para que los niños no nos destrocen los de cristal que solemos usar cotidianamente para beber). La razón de esta aparente trivialidad radica en que, durante el desarrollo de la práctica (en caso de hacerla; sale más rápido y barato el arte de imaginar) necesitaremos observar las distintas estructuras que adquirirán las partículas en suspensión coloidal del Nesquik (o Cola-Cao Turbo) y del Cola-Cao a través de los vasos.

Prosigamos. Ahora necesitaremos un paquete de leche de un litro. La marca de la leche es indiferente para la prueba, aunque por las mismas razones que explicaba para la elección del Nesquik en detrimento del Cola-Cao Turbo, utilizaré leche semidesnatada U.H.T Calcio 1600 mg con vitamina A+D+E+Ácido Fólico de la marca HACENDADO.

En realidad, tendremos suficiente con medio litro (dos vasos de leche => 250+250 = 500 ml = 1/2 l). A menos que se especifique lo contrario, los experimentos se realizarán con la leche a temperatura ambiente (unos 22º tal día como hoy).

Vamos a llenar los dos vasos con leche, hasta un nivel aproximado que consiga un dedo de distancia con el borde superior. El motivo es obvio: si lo llenamos del todo, al añadir el Nesquik o Cola-Cao Turbo, y el Cola-Cao, puede rebosar, causando el estropicio del mantel de la mesa de la cocina, y la hipertensión con los consiguientes gritos del ama de casa correspondiente. Para evitar todo esto, recordemos: Rellenar los vasos hasta que quede un dedo por arriba.

El siguiente paso es, con mucho, el más delicado de la prueba; de su feliz desenlace dependerá que el desarrollo posterior concluya con éxito o no. De forma que hay que prestar mucha atención.

Con una cucharilla pequeña -de las que usamos para remover el café, tomar yogur, o mover el cacao en polvo disuelto en la leche- vamos a añadir lentamente CINCO cucharadas llenas hasta arriba de Nesquik en el vaso que llamaremos a partir de ahora Vaso nº 1 -con Nesquik-. El porqué de que sean CINCO y no tres, como se suele hacer usualmente, es debido a que soy algo goloso y me encanta el regustito dulzón que se queda después en la boca. Con tres, no resulta.

En este punto, veamos cómo se comporta el Nesquik al tomar su primer contacto con la leche: Una gran parte cae hacia el fondo (por su propio peso, y por tener el cacao en polvo mayor densidad que la leche), tiñendo ligeramente el líquido a su paso, y depositándose al estilo de un berrocal de piedras en el culo -con perdón- del Vaso nº 1 -con Nesquik-. Si el Nesquik estaba algo apelmazado, o si el contacto con la leche ha sido brusco, observaremos que se producen algunos grumos en la superfície.**

Bien, detengámonos en este mismo instante. No hay que remover el Vaso nº 1 -con Nesquik-. Repito, NO HAY QUE REMOVER EL VASO Nº 1 -CON NESQUIK- TODAVÍA. Quien lo haya hecho, deberá comenzar desde el principio y prestar más atención.

Observemos la disposición entrópica que tiene en este preciso momento la disolución leche-cacao_en_polvo: Una zona máxima de probabilidad en el fondo del Vaso nº 1 -con Nesquik-, de un color marrón oscuro; una zona degradada con una rampa de colores que va del marrón oscuro al blanco lechoso algo achocolatado; una zona con posibles grumos con un color marrón visiblemente superior al de su escalón inferior.

Obviando esta zona de grumos que puede chocar a la vista por no guardar relación aparente con el resto del degradado -y cuya explicación es sencillamente que la tensión superficial de la leche impide a algunas partículas de cacao en polvo atravesar su capa exterior y profundizar en ella- nos centraremos en la disposición de las capas de Nesquik (recordemos que el Cola-Cao Turbo debería tener el mismo efecto) que han quedado "impresas" con un mapa de colores. Éste mapa de colores delata, no sólo la profundidad que han tomado las partículas, sino también la heterogénea disolución que ha hecho presencia en el líquido.

El análisis entrópico de la situación es el siguiente: A pesar de que en teoría debería haber una presencia equiprobable de partículas de cacao en polvo en todo el líquido, por razones físicas nos ha quedado un "orden desordenado" que a más de uno podría traerle a la memoria la disposición ordenada de los ejércitos nazis.***

¿Es esto aleatorio? La respuesta es un rotundo NO. Las leyes de la física no permiten la aleatoriedad total que buscamos. En cualquier caso, sería una disposición pseudoaleatoria. Para llegar a la aleatoriedad real, y a la máxima entropía del sistema, procederemos (ahora sí) a remover la leche con la cucharilla. Nuestro aporte de energía cinética al sistema creará un caos a una pequeña escala (localizada en el interior del Vaso nº 1 -con Nesquik-) del fenómeno gravitacional que, al verse neutralizado por fuerzas exteriores, nos permitirá percibir el factor máximo de entropía del vaso de leche con Nesquik.

Como sabemos, entropía es igual a desorden, pero éste no está reñido forzosamente con una cierta apariencia ordenada a escalas mayores; esto es, que aunque a escala microscópica todas y cada una de nuestras partículas de cacao en polvo estén rebotando las unas contra las otras en el interior del cristalino recipiente, a nivel macroscópico se obtiene un estado homogéneo de una tonalidad (muy apetecible, por cierto) achocolatada.

Deducimos, pues, que el Nesquik muestra su máximo estado de entropía en su fase de disolución perfecta (la energía que normalmente se usa para obtener el orden a partir del caos, se usa ahora para obtener el caos a partir del orden físico).

Hasta aquí los experimentos con el Nesquik (o Cola-Cao Turbo, si se prefiere). Ahora volvamos la vista hacia el otro vaso, que a partir de ahora llamaremos Vaso nº 2 -con Cola-Cao-, aquél al que todavía no le hemos añadido el cacao en polvo.

Como cinco cucharadas de Cola-Cao serían excesivas (cuesta horrores disolver bien tres; cinco es una tarea para Ethan Hunt****), procederemos a echar únicamente tres. El motivo de que el Cola-Cao sea tan jodidamente -con perdón- indisoluble, lo desconozco. En mi opinión, ha sido un gran acierto la producción de Cola-Cao Turbo.

Como ya conocemos el procedimiento, seré más escueto. Observamos rápidamente que la mayor parte del cacao en polvo se queda en la superfície, y algunos en grumos que permanecerán incluso suspendidos en el interior del líquido.*****

En cualquier caso, no observaremos la misma rampa de degradado que teníamos con el Nesquik, sino que más bien al contrario, tendremos una rampa invertida con tonos que irán esclareciéndose a medida que profundizamos en éste Vaso nº 2 -con Cola-Cao-.

Tal vez este dato ya sea síntoma del hecho que pretendemos desvelar, pero no me pagan lo suficiente como para profundizar en él, de forma que sigamos adelante.

Removemos el Vaso nº 2 -con Cola-Cao- con la cucharilla, tal y como hicimos con el Vaso nº 1 -con Nesquik-. Apreciamos también que la dispersión se vuelve más coloidal, en gránulos más finos y uniformes, aunque no desaparecen los grumos. Para hacer desaparecer efectivamente estos grumos, deberíamos proporcionarle una mayor energía al sistema; no sólo cinética mediante el movimiento de la cucharilla, sino aumentando la temperatura del conjunto (por ejemplo, con el microondas, a un minuto y medio de tiempo y 375º).

Sin embargo, para el hecho que pretendemos desvelar, la mayor entropía del Nesquik con respecto al Cola-Cao, debemos considerar ambos recipientes y líquidos a la misma temperatura. Detengámonos por un momento -si hay algún policía en la sala, haga el favor de no tomárselo literalmente- y pensemos en qué son los grumos: los grumos no son más que información redundante, sucesos con mayor probabilidad que el resto.

Esto causa, en última instancia, que se pueda comprimir más (o que ya estuviera más compacto al principio) una cucharada de Cola-Cao que una de Nesquik, por ser aquélla más redundante, y esta última más equiprobable.

La conclusión tras todo este experimento, es clara a todas luces: el Nesquik presenta una estructura con mayor propensión a desprender energía (aumentando la entropía del conjunto) que el Cola-Cao, que presenta una estructura cuya energía se emplea en la cohesión intermolecular. ¿Acaso es esto sinónimo de que el Cola-Cao tiene mayor calidad que el Nesquik? No lo sé. Únicamente me han pedido que haga una memoria sobre el Nesquik, el Cola-Cao, y la entropía. Es lo que he hecho. Y ahora, con el permiso de ustedes, me voy a tomar un café con leche.******

NOTAS:

* Para saber más sobre dicho Universo, se recomienda leer este apasionante documento: La historia del pueblo dok-nuh

** El caso de echar la leche sobre el cacao en polvo no está recogido.

*** El estudioso Antonio Manuel Guerrero ha especulado -a raíz de los nuevos datos sobre la probable homosexualidad de Adolf Hitler- que su tendencia sexual fue el motivo de que buscara un mundo ideal lleno de rubios altos, fuertes, y con ojos azules.

**** Ethan Hunt: Nombre del protagonista de la mítica serie "Mission: Impossible".

***** Supongo -no lo he podido comprobar empíricamente- que la razón para esto se encuentra en el volumen del grumo: por el principio de Arquímedes, el desplazamiento de volumen de líquido que fuerza el grumo es igual al empuje que recibe en sentido ascendente, alcanzando un par de fuerzas entre el cual queda suspendido.

****** El café con leche pertenece a otro grupo entrópico cuyo estudio no entra en mi modalidad. Estáis enfermos.

12.2.05

Desayuno (I) (Esta mañana me he levantado...)

Como de costumbre, no he desayunado. Cuando sí lo hago, es una jarra de leche fría con tres cucharadas soperas de Nesquik.

10.2.05

Dragon Khan (A veces pasan cosas)

El Tiempo Fractal no está en absoluto desligado de los sentimientos; las variaciones hormonales que influyen en nuestro estado de ánimo son cíclicas, ya convenimos que podemos encontrarle una relación de recurrencia a los periodos de nuestras vidas.
Un día cualquiera estás bien. Alguien dice una frase de tres segundos y el Universo al completo te cementa los pies y te hunde en el más profundo de los océanos. Tal vez te reconforte algo pensar que esto son sólo los primeros cien años, que después se pasa. Tal vez no.
Otro día estás mal. Alguien dice una frase de tres segundos y en tu interior un ave Fénix que se sacude sus propias cenizas y remonta el vuelo, haciendo un tirabuzón invertido hacia detrás. El jurado le da la máxima puntuación.
Otro día estás apático. Da igual lo que digan porque no les escuchas. Tu vida es justo la complementaria de la que querrías tener, y tu consciencia vaga por algún rincón del Ser que resulta transparente para todos los demás, incluso para los que están vagando por allí a la vez.
Otro día da igual como estés, porque tu oficio de super-héroe / ángel de la guarda / gilipollas terminal requiere que concentres toda tu atención en los problemas de los demás. Afortunadamente llevas gafas, así la gente no te reconoce en el día a día.

Para cada persona varía de una forma tremenda el detonante que transmuta entre estos estados; a unos les puede hundir una mala nota, saberse mal preparados para la vida laboral, aguantar demasiado tráfico en la ciudad...

Tal vez peque de egocéntrico, pero tengo la sensación de que el amor y el desamor son los ejes que predominan entre todos los detonantes, los que mayor inestabilidad (aunque sólo si algo falla) aporta a nuestras vidas, convirtiendo nuestro estado de ánimo en un trepidante Dragon Khan: caídas en picado, remontes, loopings, curvas inesperadas, mucha adrenalina, mucho miedo, a veces incluso rabia, y todos estos estados alternándose aleatoriamente a toda velocidad.

¿Vale la pena no subirse al Dragon Khan sólo para disfrutar de una cierta estabilidad? Cuando nadie te interesa y no le interesas a nadie, estás en paz contigo mismo. Cuando te interesa alguien y le interesas a ese alguien, no sólo estás en paz contigo mismo sino que además estás mejor que nunca (sobre todo si sabes darte cuenta de que lo estás).
Como siempre, los casos "divertidos" son los más complicados. Ante la situación de que te guste alguien que no te hará caso, ¿qué harías? Al principio la respuesta puede parecer simple: no tienes nada que perder, así que ¿por qué no? Es sólo después cuando te das cuenta de que puedes estar tirando tu vida por la borda por haberte vuelto un títere de las "volubles vicisitudes de las emociones"; sentirte a ratos bastante bien, ahogarte en magma al blanco vivo cuando recuerdas la "cruda verdad" de la situación, dejar de ser dueño de tu estado de ánimo para vivir a caballo de la interacción que tengas con otra persona, con la que a priori no tienes nada que hacer...

Las sensaciones se basan en parejas antagónicas de placer y dolor, necesidad y saciedad, paz y estrés, luz y oscuridad, etc. Ahora que hace frío, valoramos mejor la confortable calidez del hogar. Y, cuanto más frío hace, mejor nos encontramos en ese calor.
En verano ocurre al revés (al menos si no eres un friolero como servidor, que no tiene duda en preferir cocerse a helarse). Estos cambios, estos contrastes, son los que nos hacen percibir las sensaciones mismas. Las que, en definitiva, nos hacen sentir vivos.

Pero muchas veces cambiaríamos con los ojos cerrados nuestra realidad por otra estable (en el tema del calor, pongamos con una temperatura perpetua de 21º). Probablemente no estaríamos mal, pero perderíamos la riqueza sensitiva del frío de diciembre que te hace llorar los ojos y el abrazo de la calefacción de la casa. Digamos que estaríamos viajando cómodamente en un Dragon Khan "para niños", a poca velocidad y bastante a ras del suelo. Parece aburrido pero que tire el primer misil transoceánico quien no haya querido alguna vez que se parara el mundo para apearse, volver a tener el control de su tiempo y de su vida, sentir que el Sol saldrá mañana de nuevo porque lo han dicho en las noticias.

Entonces, ¿es mejor no amar y estar estable en un límite bajo o arriesgarse a sentir y lanzarse de pleno al Dragon Khan de los sentimientos?

8.2.05

El secreto del Arco Iris (Esta mañana me he levantado...)

Hacía tiempo que no veía el arco iris. La última vez tenía ocho o nueve años, y todo lo que sabía de él era que salía cuando llovía y hacía sol a la vez.
Luego me enteré de que esa gama de colores tan fantástica se producía por la dispersión de la luz al atravesar las gotas de agua. Curiosamente, no volví a ver ningún arco iris más.
Hasta hoy. Allá a lo lejos, magníficamente grande, con sólo un trocito de arco desde el suelo hasta unos 45º, pero embelesador. Por primera vez me he podido fijar en la banda visible justo antes del infrarrojo, y también por primera vez he visto la franja violeta pastel sobre un fondo de nubes blancas.
Ha sido increíble, ver pintado el cielo de colores (y qué colores pastel tan bonitos), como si los dioses dejaran entrever su alegre estado de ánimo a los mortales.
Después me ha surgido una duda que no he visto resuelta en ninguna parte: ¿por qué forma un arco? ¿Alguna física en la sala?

Felicidades al Programador. Un efecto genial, gracias.

6.2.05

Murphy (Esta mañana me he levantado...)

Todo lo que puede salir mal, saldrá mal. Perder muchos días de estudio para un examen que será un suspenso (y aunque fuera un aprobado, me da igual, es Tiempo Muerto). Dos días soportando el jaleo de mis primos pequeños poniendo patas arriba mi casa, hablando a un volumen brutal y molestándome continuamente (más Tiempo Muerto). Sentimientos obligados a pasar por la trituradora. Media tarde perdida en una instalación infructuosa del XP en casa de mi tío (ahora además de Tiempo Muerto, hipertensión). Encima llueve, tengo que esperar a que mi padre venga a por mí. Tarda. Para cuando llega, ya ha dejado de llover. Llego a casa, las diez y media. Tengo algo de hambre y los oídos a punto de estallar por el eco del jaleo de mis primos, siempre con la tele a toda pastilla y hablando a gritos.
Pregunto qué hay de cenar. Nada. Da lo mismo, tampoco tengo hambre ya.
Me encierro en el cuarto y pongo "The Heart Asks Pleasure First". Quiero olvidarme del mundo, que me dejen en paz.
Mi madre entra, me pregunta si quiero algo de tortilla que ha sobrado del mediodía. Ni siquiera le dejo terminar la frase, le corto y le grito que no quiero saber nada de nadie, que salga del cuarto y cierre la puerta. Lloro. No me siento bien. Nada bien.
Puto Murphy.

Flashes (y IV) (A veces pasan cosas)

Era la primera vez que se veían en persona. Ella, enfundada en una chaqueta roja de aspecto plástico, le esperaba a mitad de las escaleras de aquella estación de trenes en Gandía. Él, vestido de músico, tenía la que ya habían convenido en llamar "sonrisa de gilienamorado".
La excusa de ella era aprovechar los desfiles de carnaval de Gandía para que sus padres la llevaran a conocer a un buen amigo de Internet, al que habían contratado para tocar en el desfile.
La excusa de él era aprovechar que le habían contratado para tocar en el desfile de carnaval de Gandía para conocer a la chica de sus sueños.
Por algún designio cósmico, aquél día estaba lloviendo a mares, de forma que se suspendió el desfile una hora antes de que él saliera desde Valencia con destino Gandía. Pero eso no le iba a detener.
Hechos un manojo de nervios, se sentaron en la cafetería de la estación, bajo la "descuidada" atención de sus padres, que se tomaban algo en la barra.
Él le cogió la mano, esa mano que tantísimo había deseado poder acariciar. Le puso la palma hacia arriba y descubrió una pequeña pequita en el centro. No pudo resistir acercarla a sus labios y darle un dulce beso.
Ella enrojeció como un tomate, casi poniéndose a juego con la chaqueta. Ella tenía miedo de no gustarle, pero no había nadie más en el mundo a quien él deseara en esos momentos.
Le dijo que seguía en pie la visita que pensaba hacer a su pueblo la semana siguiente. La que sería "su primera cita", a pesar de los cuatro largos meses que ya se sentían el uno del otro.
Como tendría que buscarle un hotel para pasar la noche (y también para confirmarse a sí misma que aquello era cierto), le preguntó:
-¿Entonces, te reservo?
Él no dijo nada inmediatamente; sólo sonrió, encontrándole un segundo sentido mucho más agradable a la frase.
-Sí, resérvame.
Ella cayó en la cuenta y los dos rieron.
En los breves minutos que duró su charla en el bar, los dos podían ver en los ojos del otro la inmensa profundidad de lo que sentían, fusionada con sus propios reflejos. Afuera llovía. Adentro no se podía estar mejor.

5.2.05

Flashes (III) (A veces pasan cosas)

Cogerla de la mano... quién le diría seis meses antes que iba a estar con una mujer así, con esa recién conocida del canal de trivial del IRC hispano que tanto le atraía. A casi trescientos kilómetros parecía imposible. A ella le parecía imposible, a él sólo todo lo imposible que ellos quisieran (como la mayoría de cosas en esta vida).
Y ahora tenía su mano, la que tenía una pequita justo en el centro, bien atrapada entre las de él. Jugueteando a darse pequeños apretones que significaban un "te quiero" cómplice y silencioso.
Él no tenía prisa, quería que ella estuviera segura de lo que quería hacer. Que estuviera segura de que los labios de él fueran a ser sólo para ella, sellando así su relación con ella hasta el fin de sus días.
Por eso le pilló tan de sorpresa. Antes de un minuto, mientras empezaban a caminar, ella se giró casi en un salto y le plantó un potente beso que le dejó temblando y sin palabras, clavado en la arena.
-Más -fue lo poco que pudo balbucear cuando el espíritu le volvió al cuerpo.
Se rió, le abrazó, y ésta vez le permitió ser completamente consciente de cómo había sido el primer contacto de unos labios ajenos. Suave, tierno y a la vez pasional, casi eléctrico.
Mientras seguían caminando rodeándose las cinturas, la sensación de esa presión sobre ellos no se le iba de la cabeza. Durante un buen rato, probaron con mayor o menor fortuna aquél nuevo juego al que la vida les invitaba a jugar. Los primeros choques de dientes fueron muy divertidos, y sabían que podrían seguir jugando hasta que ellos quisieran.
Disfrutando de una sensación de felicidad total, se le pasó por la cabeza una frase de "Los Inmortales": «Maldito español, no me preparaste para esto...».

Gnosti te autvn (Esta mañana me he levantado...)

Arcan ya exponía acertadamente en su "Aproximación Matemática a (la Teoría de) los Sentimientos (II)" la necesidad de un replanteamiento de lo que entendemos por "conocer" a una persona.
Él se centra en las relaciones interpersonales, y yo tomo el relevo donde lo dejó, acercándome a las relaciones intrapersonales. Es difícil conocer bien a los demás (a menos que compartas placa base) y nunca llegarás a conocerlos perfectamente. Pero ¿acaso nos conocemos perfectamente a nosotros mismos?
Hay veces en las que te das cuenta de que eres de una determinada forma porque ves tus comportamientos o formas de pensar reflejadas en personas que sabes que son como tú: pequeños defectos, pequeñas virtudes, cosas que intuías que estaban ahí pero que nunca te habías parado conscientemente a evaluarlas.
Y es que, ¿qué sabemos de nosotros mismos?
Considero que soy una persona bastante reflexiva (muchos dirían con acierto que excesivamente introspectiva); me gusta ver "las trazas" que me han traído hasta aquí y que me hacen ser como soy. Esto no sólo me permite saber por qué estoy a gusto o en conflicto con lo que me rodea, sino que me permite saber si estoy a gusto o en conflicto con ese estado de placidez o disgusto (lo que llamaríamos una metapreferencia, literatura aconsejada: "Lo que Sócrates diría a Woody Allen", de Juan Antonio Rivera).
Un ejemplo práctico: ya sabéis que me disgustan mucho los tiempos muertos. Que si me muestro arisco es probablemente porque estoy sometido a alguno de ellos, o lo he estado recientemente. La metapreferencia en este caso indicaría si yo me alegro de que me disgusten los tiempos muertos, o si estoy enfadado conmigo mismo porque debería disfrutarlos de alguna forma que desconozco (o tal vez resignarme y rezar una oración, o algo así).
Volvamos a lo que soy, o a lo que parece que soy:
  • un estudiante de informática de 23 años
  • bastante friki
  • al que no le gusta salir. O, más bien, me gusta en condiciones específicas; lugares tranquilos con música suave donde no tengas que bailar, donde puedas charlar tranquilamente con otros colegas sobre temas interesantes -frikis o no-. Nada de discotecas o pubs
  • con un gusto especial por la buena música (de todos los tipos y de todos los tiempos, pero que tenga buena música y, si tiene letra, buena letra). Nada de 'ruido máquina', vamos. Me privan las canciones lentas y románticas.
  • con un gusto especial por la lectura (también de todos los tipos y de todos los tiempos, con especial interés por la ciencia ficción y la narrativa breve)
  • con algunos ramalazos de escritura (algunas de las cosas que he escrito están en mi web de Relatos Cortos)
  • perfeccionista y quisquilloso hasta lo indecible (sobre todo en lo referente a la ortografía, la propia y la ajena)
  • hipersensible (para lo bueno y para lo malo), probablemente por mi formación musical continuada desde mi infancia
  • con un sentido artístico desarrollado (también presumo que por la formación musical) un poco en varios campos: dibujo, composición, infografía, ver formas en la Naturaleza o dibujarlas mentalmente
  • pianista amateur (sólo llegué hasta tercero del plan viejo) que me aporta, según los estereotipos instrumentales, características de melancólico, introvertido y solitario
  • trompetista medio (terminé el grado medio y doy clase a algunos chavales) que me aporta, según sus estereotipos, características de desenfadado, extrovertido y muy sociable (ah, y salidorro)
  • no puedo tener las manos quietas, me gusta hacer caricias, dar masajes, hacer cosquillitas tras las orejas y en la nuca, en las yemas de los dedos, en manos y brazos...
  • le pongo mucho azúcar (como tres cucharadas grandes) a los yogures, aunque ya sean azucarados
  • me gusta casi todo tipo de cine, sobre todo ciencia ficción (efectos especiales sí, pero con guión y argumento, por favor), de humor y románticas
  • se me da asquerosamente fatal la Geografía e Historia, y tengo el mismo sentido de la orientación que una cagada de paloma
  • tiendo compulsivamente a la optimización de todo lo optimizable: procesos para vestirse antes, ir a los sitios por la ruta más corta, hacer más rápido algún tipo de operación en un programa... esto por una parte se debe a que
  • no quiero incrementar la entropía del Universo innecesariamente (y acercarlo a su Fin de esta forma)
  • odio los Tiempos Muertos
  • soy muy vago
  • aunque soy muy vago, también acabo siendo de los que más curran cuando llega la hora de currar
  • tengo curiosidad por todo; me lo pregunto todo, tanto lo que no sé como lo que creo que sé. A veces me encuentro con que hacemos cosas que es una estupidez hacerlas como las hacemos (este blog tiene unas cuantas), o incluso simplemente hacerlas (o no hacerlas). Por ejemplo: ¿por qué en las escenas de batalla de las pelis los arqueros se esperan a que los otros vengan a atacar? ¡Si cuando los tienen a todos quietecitos y en línea se los podrían cargar enseguida!
  • a pesar de lo que se pueda inferir de mi nick (Marte- en el IRC), soy terriblemente pacifista y promotor de buen rollo (o lo intento). Mi nick es por mi pasión por la astronomía (y astrofísica) y la mitología grecorromana
  • eso me recuerda que también soy muy romántico (algo chapado a la antigua en cuanto a caballerosidad y demás) y bastante soñador (despierto y dormido)
  • me gusta muchísimo ser sincero, sobre todo cuando lo que tengo que decir es algo bueno. Sumado a lo anterior, resulta en que alguna vez me han dicho que escucharme da la sensación de estar masticando azúcar. Vamos, que soy muy empalagoso
  • si tengo que decir algo malo, me prima la sensibilidad a la sinceridad (hay muchos que alegan ser sinceros para decirte la verdad de la forma más hiriente posible, y eso tampoco es)
  • me encanta dormir
  • me encanta(ría) tumbarme en un sofá con mi chica a ver pelis alquiladas mientras la acaricio, le hago algún masajete u otras cosas
  • soy muy pasional, me enciendo con facilidad cuando algo me gusta (en todos los aspectos)
  • me gusta planificar las cosas; esbozar un esquema a largo plazo y detallarlo más a corto plazo, buscando planes alternativos más abstractos a los que tengo, por si fallaran los primeros
  • aún así, soy muy flexible y bastante amigo del azar (siempre llevo dos dados en mi mochila), y a veces tomo decisiones bastante impetuosas simplemente porque me da por ahí
  • siempre intento estar para quien me necesite, y trato de no molestar mucho cuando soy yo el necesitado, aunque no tengo reparos en echar mano de mis amigos (que para eso les pago)
  • dicen que valdría como psicólogo, siempre tengo "algo reconfortante" que decir; no me cuesta nada ver el lado bueno de las cosas (y de las personas)
  • la gente enseguida toma confianza conmigo
  • ahora mismo estoy escuchando la Banda Sonora Original de Stargate, David Arnold se sale. Me gusta mucho la música instrumental y las buenas bandas sonoras
  • odio los ordenadores (esto puede parecer raro viniendo de un informático, o tal vez no)
  • me encantan las personas, conocer los otros "universos" que esconden, tratar de captar su espíritu, su lista de cosas como las que hay aquí (suelo tener buen ojo)
  • hablando de ojos, soy algo miope y no me gusta llevar gafas porque las ensucio enseguida, pero probé las lentillas y eso de tener que ponérselas y quitárselas todos los días era demasiado entrópico. Espero operarme en unos cuantos meses
  • por haber llevado aparato durante interminables años, a veces tengo pesadillas con que se me caen o se me rompen los dientes. Encima tengo que operarme para sacarme las cuatro muelas del Juicio Final...
  • mi único vicio (físico) malsano puede que sea una especie de tricotilomanía. Tal vez por tener el pelo bastante graso, en cuanto estoy algo nervioso me da por rascarme la cabeza y no me gusta, aunque me "sienta mejor" (una metapreferencia: no me gusta que me guste). Estamos trabajando en ello :)
  • soy bastante desordenado (más bien caótico, porque yo suelo saber dónde lo dejo todo)
  • un amigo me definió una vez como un enamorado del amor. Esto es algo que he cambiado con el tiempo, pero sigo siendo un ser que necesita de una pareja para sentirse completo. Sólo que antes me enamoraba casi de cualquiera, y ahora el listón está tan alto (en gran parte por lo fantástica que fue mi ex y por lo fantásticas que son las chicas que me cautivan) que creo que va a ser imposible encontrar mi diamante en la arena...
  • también me pongo tres cucharadas grandes de Nesquick en la leche (jarra grande)
  • trato de dar las gracias por todo lo que hacen por mí que siento que las merece, y de disculparme por todo lo que hago a los demás que siento que lo merece
  • en mi visión del mundo, para ser feliz (y, por tanto, en primera línea de mis prioridades) necesito tener a una persona especial a quien querer y que me corresponda. El resto de asuntos de la vida suman, pero no tienen tanto peso. Con alguien que me quiera, me da un poco igual el resto. Si todo va bien pero no tengo a esa persona, me falta algo imprescindible para ser feliz.
En fin, la lista sigue y es muuuuuucho más extensa, pero a grandes rasgos ahí están las principales características que me definen y alguna más que forma parte de mis peculiaridades.
Me pregunto qué porcentaje de autoconocimiento supone todo lo que sé de mí. Sé, por ejemplo, que por mi medio melón lo daría todo. Pero no sé si me atrevería a ir a una playa nudista. Sé que el primer acorde de "All for love" me eriza los pelos de la nuca, o que si hablan del novio de la chica que me gusta, me sentiré incómodo (bueno, esto no es nada especial, le pasaría a casi todo el mundo en una situación así). Pero no sé si sería capaz de saltar al vacío desde una avioneta (con paracaídas, o incluso sin) o si se me daría bien hacer todas las tareas domésticas yo solito.
No sé, a veces creemos que lo sabemos todo de nosotros mismos, y resulta que desconocemos las razones por las que hacemos algunas cosas importantes que hacemos. Simplemente somos así, no nos paramos a pensar por qué (ni maldita la falta que hace).
Y si no nos conocemos ni a nosotros mismos, ¿cómo podemos pretender conocer a otras personas?
O al revés, ¿cuánto pueden otras personas conocer de nosotros que nosotros mismos no conozcamos?
¿Alguien es capaz de decirme algo sobre mí que crea que no sé? Tanto los que me conocéis más como los que me conocéis menos estáis invitados a ello.

Bueno, bastante tostón por hoy. Feliz vida.

4.2.05

Flashes (II) (A veces pasan cosas)

Fue el primer día, el día que le dio su primer beso. Pasearon y se sentaron en el banco de un parque muy bien cuidado. Desde ese banco se podía ver perfectamente el mar en calma.
Era febrero, apenas algunos pocos paseantes manchaban el color de la arena a lo lejos. Como todo el mundo sabe, los sábados por la mañana no hay nubes.
En un día perfecto, con su primer beso, y su primera y perfecta chica, él se recostó en el banco, reposando la cabeza sobre las piernas de ella.
El cielo era el más azul que había visto en su vida, luminoso hasta el lagrimeo. Y la sensación de comodidad, de comprensión, de compenetración (y de todas las otras cosas buenas que comienzan por "com") era total.
Por segunda vez en su vida (la primera fue durante su primer beso, apenas unos minutos antes) se sintió completo y feliz. Muy feliz. Más feliz que nunca en su vida.
Al contrario de lo que suele pasar, era muy consciente de esa felicidad y la estaba disfrutando al máximo.
Entonces ella bajó sus labios y le volvió a besar.

Flashes (I) (A veces pasan cosas)

Se acababan de sentar en el césped. Recién redescubiertos, los dos amantes se acercaban el uno al otro hasta la distancia máxima a la que alcanzaba un beso.
Ella sólo le pidió que hablara, que le contara cositas. En el brillo de sus ojos se leía el anhelo por los labios de él.
Él comenzó a hablarle de lo primero que se le pasó por la cabeza, con tal de complacerla. Tenía curiosidad por saber a qué se debía el pequeño toque diferente en su forma de mirarle.
Ella apretó sus mejillas hasta ponerle los labios como los de un pez. Él calló, sorprendido.
Le pidió que siguiera hablando. Él retomó el hilo de su historia.
Entonces, ella se inclinó hacia él y comenzó a dibujar la línea de su boca con el borde de sus labios. Dejaba un hilito de saliva por donde se movía, humedeciéndolos.
Él notaba cómo le abandonaba el juicio poco a poco. Casi era capaz de sentir el flujo de endorfinas que recorrían su cerebro, nublándolo. Allá abajo, el cerebro primario requería un aumento del caudal de sangre, en detrimento del cerebro secundario, que se sumía lentamente en una nube de placer.
El hilo de palabras era ya inconexo. Sin embargo, cuando él callaba, ella le empujaba a seguir hablando, sin dejar de besarlo, mordiéndole ligeramente los labios, capturando toda su boca.